"La tierra que dio a Bolívar, Bello, Miranda, Sucre, y tantos hombres superiores, está llamada a grandes destinos y no equivocará esta vez su camino. El pueblo Venezolano demostrará que tiene mejor sentido que estos vendedores de humo y falsos profetas, que habrán perdido el tiempo, que nunca pudieron ni supieron utilizar con provecho" ALBERTO ADRIANI
Creada el 14 de Abril de 1.991
RIF: J-30104177-1
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Índice de autores:
Pedro Alejandro Parra Fernández: Visionario, pionero y adelantado. Pinceladas sobre Alberto Adriani. Luís Ricardo Dávila: Viaje hacia Alberto Adriani en tres conceptos
Román J. Duque Corredor:
El legado de Adriani Luís Xavier Grisanti: López Contreras y la Economía Orgánica
Juan José Peralta, Alberto
Adriani: Sembrar el Petróleo Román Duque Corredor: Adriani y las elecciones Municipales.
Román J. Duque Corredor: Alberto Adriani, Visionario del Estado Democrático
Román J. Duque Corredor: Rodolfo José Cárdenas "Un pionero en el planteamiento de la visión humanista enfocada hacia el medio ambiente y la ecología integral". Jesús E. Mazzei Alfonso: El propósito de Alberto Adriani, formación y vigencia Jesús E. Mazzei Alfonso: Alberto Adriani: Político y estadista Eduardo Fernández: Román Duque Corredor
El propósito de Alberto Adriani, formación y vigencia
Alberto Adriani: Político y estadista Es probable que Alberto Adriani, sí hubiera vivido en los años 40, se habría vinculado a varios acontecimientos importantes de esa década. - · JESÚS E. MAZZEI ALFONZO 09/06/2022 05:00 am Alberto Adriani fue un político en el estricto sentido de la palabra, buscó en todas las iniciativas que llevó a cabo tratar de crear un orden (finanzas y hacendístico) y como poseedor de una sólida auctoritas, pudo emprender las tareas que llevó a cabo. Primero, cuando colaboró en la creación del Movimiento de Organización Revolucionaria Venezolana (ORVE), a inicios de 1936, junto con Rómulo Betancourt, Mariano Picón Salas y Juan Pablo Pérez Alfonzo, entre otros, luego donde se le encarga la comisión que estudiará el tema de las primas a la exportación y después que el Presidente López Contreras lo nombra para formar parte de la comisión que elaboró el Programa de Febrero, da una muestra más, de las dotes del hombre político, que será, en ese breve plazo, pero del año 1936 fructífero. Por ello, escribimos algunas ideas, en vísperas de un nuevo aniversario de su nacimiento el próximo martes 14 de junio. En efecto, luego de la muerte de Juan Vicente Gómez, López Contreras, lo nombra como parte de una Comisión que él preside que estudiará el problema de las primas de exportación (para los productos agropecuarios compuesta e integrada además, por Alfredo Jahn, Luis Monsanto, y Ramón León), se da el paso fundamental de inicio al funcionamiento del nuevo Despacho Ejecutivo: Ministerio de Agricultura y Cría dando a la luz este novísimo Ministerio en una reorganización ministerial importante (sugiero a los amigos lectores consultar la Gaceta Oficial N° 18.894 del 2 de marzo de 1936) que va a regir las políticas públicas en materia agrícola y pecuaria del país. Nos es de extrañar que Adriani, asuma Agricultura y Cría, ya que viene de tener una rica experiencia internacional y gerencial en la Organización Panamericana, como Primer jefe de la División de Cooperación Agrícola, desde 1928 hasta enero de 1930 y en las empresas agrícolas de su familia. Posteriormente, en una jugada maestra del presidente López Contreras, reorganiza el Gabinete y lo nombra al cargo que estaba hecho a su medida: Ministro de Hacienda. Viene ya con la experticia de pasar por un Despacho Ejecutivo que le permitió tener una visión de algunos de los problemas económicos del país, que, por otra parte, le permite conocer el tamaño y la dimensión del estado venezolano de aquel año de 1936, sus complejidades, organización, formas de interrelación y de toma de decisiones, ahora le tocará manejar, formular y decidir sobre las políticas financieras. Lleva adelante, en la corta permanencia en el cargo, una revisión a fondo del sistema tributario y designa una subcomisión de estudios de Legislación Fiscal, para entre otras cosas, presentar reformas a la Ley de Aduanas y varios proyectos de ley sobre ramos de la Renta Nacional. Funda con su dilecto amigo Manuel R. Egaña, la Revista de Hacienda. Muestra dosis de buen negociador, conciliador en los proyectos de ley que presenta al Congreso de aquél entonces irradia auctoritas como pocos venezolanos. Alberto Adriani Mazzei, no cabe duda, es, a mi modesto parecer, el más brillante Ministro de Hacienda luego de Santos Michelena, a pesar del poco tiempo que estuvo en el ejercicio del cargo. Está en el momento cúspide de su vida intelectual y profesional y con un gran futuro político. La auctoritas alcanza su más plena expresión cuando se sigue a alguien no tanto por lo que dice, sino por quién lo dice. La auctoritas no necesita razonar, ni convencer a cada momento: hay o hubo un convencimiento previo derivado de la certeza del argumento o de la eficiencia de los actos, a partir del cual opera la confianza, en cuya virtud se presume la razonabilidad o la eficiencia del portador de la auctoritas. Como nos interesa el individuo, añadiremos qué tipo de auctoritas se basa en el reconocimiento de la posesión por una persona (testimoniada por sus actos), de cualidades excepcionales para enjuiciar situaciones difíciles, para decidir lo que se puede hacer ante ellas y para hacerlo efectivamente con éxito. Es decir, tiene auctoritas de esta última especie quien sabiendo qué hay que hacer, cuándo hay que hacerlo y cómo hay que hacerlo, lo hace efectivamente. De aquí se derivan la idea en torno a la política, al tipo de líder y cuál es la visión de la política. Se entiende que la auctoritas deriva la capacidad efectiva y moral para dirigir, orientar o aconsejar. Y esto lo alcanzo Adriani, en un intervalo de poco de tiempo, fue un venezolano adelantado a su momento histórico. Es probable que Alberto Adriani, sí hubiera vivido en los años 40, se habría vinculado a varios acontecimientos importantes de esa década: por una parte, la creación del Banco Central donde fue un pionero en la realización de los primeros estudios para crearlo. Por otra parte, en la fundación de la escuela de economía de la Universidad Central de Venezuela y por además, hubiera sido un actor político de primer línea, en la transición venezolana de 1945, gracias a varias condiciones que se reunían alrededor de él: era andino (importante activo socio-político para la Venezuela de aquél entonces), bien formado intelectualmente y conocía y había tratado a los emergentes líderes de aquel momento encabezados por Rómulo Betancourt, y tenía experiencia de gobierno, lamentablemente el destino fue otro, pero su legado está allí. Si se quiere era un puente entre dos élites políticas de aquel momento.
jesusmazzei@gmail.com
Rodolfo J. Cárdenas, naturaleza, humanismo cristiano y ecología integral en la doctrina social de la Iglesia (Colaboración especial para la Programa de los 60 años del IFEDEC) Dr. Román J. Duque Corredor[1] Caracas, 27 de junio de 2022 Los "hechos históricos" son sucesos particulares protagonizados por seres humanos que los historiadores utilizan parar distinguir el hecho o suceso en sí mismo de aquél que es relevante para la comprensión del pasado. Es decir, una interpretación del acontecer social de relevancia por sus implicaciones políticas y sociales por lo que pertenece a la memoria histórica por haber propiciado un cambio al pasado. Buen ejemplo, es la fundación el 10 de julio de 1962 del Instituto Internacional de Formación Demócrata Cristiana, con sus siglas IFEDEC, por iniciativa del insigne venezolano Dr. Arístides Calvani, como un centro de investigación para promover los ideales de la acción social y política bajo los criterios social cristianos ante las alternativas liberales y socialistas. Centro que se estableció en un marco fundamentalmente pedagógico y de consolidación de un liderazgo para la doctrina política demócrata cristiana en los ámbitos comunitarios, universitarios, sindicales, profesionales y técnicos y gremiales. Centro que con la práctica de esa metodología especial congregó en sus sedes nacional y regionales a sectores independientes del activismo político e impulsó el diálogo como herramienta de conciliación, desarrollo equitativo y de efectividad de los derechos humanos con motivo del advenimiento de la democracia desde 1958. Por la definición de su institución como centro de investigación de políticas públicas y de formación de liderazgos sectoriales, bajo los principios y fuentes del socialcristianismo, bajo un esquema académico, el IFEDEC, es un hecho histórico. Lo que testimonia que bajo sus aulas se formaron presidentes latinoamericanos y líderes regionales de partidos democristianos y socialcristianos, de trascendente figuración internacional, convirtiéndose en el centro de formación latinoamericano más acreditado en el pensamiento socialcristiano. En julio llega a los 60 años la creación del IFEDEC, que, por su fundador, el Dr. Calvani y la relevancia y ejecutorias de sus directivos y egresados, es un hecho histórico. Los hechos históricos en el contexto de la situación política, económica, social y cultural, provocan interpretaciones que demuestran su razón de ser. Su esencia. El IFEDEC durante ha servido de centro para el estudio integral de la democracia cristiana frente al socialismo y al liberalismo. Le ha dado soporte científico y justificación política y socioeconómica, través de estudios que consolidan la democracia cristiana como una acción social y política y que, además, propicia su adaptación a las nuevas realidades. Así, por ejemplo, la encíclica Caritas in Veritate, de Benedicto XVI, que precisó que las causas del subdesarrollo no son principalmente de orden material, sino que están ante todo en la voluntad, el pensamiento y todavía más "en la falta de fraternidad entre los hombres y los pueblos”, significó la adaptación de la doctrina de la encíclica Populorum Progressio de Pablo VI, puntualizando en el desarrollo humano integral como el problema central de nuestro tiempo. Hoy,el tema del ambiente como un valor natural es uno de los aspectos que supone una adaptación de sus instituciones y principios. Basta señalar que la Encíclica del Papa Francisco Laudato Si ha promovido en la doctrina social la tesis de la ecología integral. Hasta el punto que ya existen estudios sobre la economía social y ecológica del mercado, como por ejemplo, el de José Ignacio Moreno León, titulado “Economía Social y Ecológica de Mercado: Un camino hacia el progreso compartido”, el cual explica didácticamente la evolución de la doctrina original de la economía social del mercado, basada en la competencia perfecta y la responsabilidad social, según Walter Eucken, de la llamada Escuela de Friburgo, hacia la economía social y ecológica del mercado, según las encíclicas papales, que conducen a la humanización de la economía y la naturaleza como un valor y un derecho humano[2]. El humanismo aparece vinculado a los temas políticos y económicos, como un aporte para la consolidación de la doctrina democristiana del desarrollo económico en los tiempos presentes, según el valor que se dé al ser humano y la condición humana según derecho o la institución o política pública de que se trate. En otras palabras, para la democracia cristiana el humanismo es una plena realización del hombre y de lo humano dentro de un marco de principios cristianos. Es decir la filosofía política de inspiración cristiana que Maritain desarrolló con extraordinaria precisión y profundidad en varias de sus obras, particularmente en Humanismo Integral y en El Hombre y el Estado, que son el fundamento principal de lo que hoy llamamos 'Humanismo Cristiano. Y, que, a su vez, es una de las características mundiales del estamento político demócrata cristiano, en la primera mitad del siglo XX. Filosofía que ha sido adaptada por la Doctrina Social de la Iglesia por Pablo VI en su encíclica Populorum Progressio (1967), citando como ejemplo precisamente el libro Humanismo Integral, afirmando que “ Tal es el verdadero y pleno humanismo que se ha de promover”. Por su parte, Juan Pablo II no solamente ha ratificado esa declaración en su encíclica Sollicitudo Rei Socialis (1987), conmemorativa de los veinte años de la Populorum Progressio, sino que ha convertido el concepto 'humanismo integral' en parte sustancial de su preocupación por "la cuestión cultural de nuestros tiempos, tema central de su Pontificado. Juan Pablo II ha servido como centinela en la tradición de Maritain; ha continuado los esfuerzos de Maritain para establecer las bases intelectuales de una teoría personalista de la democracia y de un 'humanismo integral'[3] Este año se cumplen tres décadas de la edición del libro “Humanismo Cristiano”, de Rodolfo José Cárdenas (noviembre 1992), con el prólogo del expresidente Luis Herrera Campins, que lo calificó de “pensamiento constructor de realidades y de estudio del hombre en su naturaleza y reacciones, en su elevación o sus caídas”. Y lo llamó también “ideario de cambio”. Con la precisión que el calificativo de cristiano no limita su contenido, pues está dirigido con amplitud a todos, sin exclusión de ningún segmento humano, sino bajo una concepción universal. Me permito, por mi humilde parte, denominar el mencionado libro Humanismo Cristiano de Rodolfo José Cárdenas como un hecho histórico. Por su relevancia, porque representa un cambio en la memoria histórica de la democracia cristiana venezolana y por haberse adelantado a los elementos del concepto de ecología integral que aparece desarrollado en la Encíclica Laudato Si del Papa Francisco. Lo primero por tratarse de un ensayo filosófico, bajo la orientación de Maritain, por tratarse de un estudio sobre el valor del ser humano, pero de modo integral. En efecto, parte del concepto del problema del hombre, y luego, analiza críticamente el hombre ante la ética, ante el conocimiento, la religión, la muerte, la sociedad, el estado, el trabajo. La economía, el derecho, la cultura, la historia y ante la política. Es decir, no dudo en calificarlo de tratado sobre el humanismo cristiano. Y, porque, en su pormenorizada investigación trata el hombre ante la naturaleza, por considerarla un valor filosófico, que representó un adelanto sobre la moderna ecología integral que hoy la Laudato SI incorporó a la doctrina social de la iglesia. Rodolfo José Cárdenas parte del concepto del hombre como ente natural, puesto nacen en ella para vivir en ella y no como depositario. Proviene de ella lo que le da una primicia. Y que el cristianismo le da un valor espiritual o moral a esa pertenencia, porque no la considera pura materia, por lo que no es contingente porque es de todos los seres humanos. Y por ese su protección es una ley natural antes que material. Por ello todos debemos garantizar su usufructo, goce y disponibilidad para las presente generaciones y para las futuras, al analizar su entorno, movimiento, cambios, causas de su conformación y su no contingencia. Y, que, por tanto, la naturaleza debemos cuidarla todos porque es nuestro ambiente del desarrollo de los seres humanos, sin distinción o exclusión. Concepto este que de manera más sistemática y profunda desarrolla el Papa Francisco en su Encíclica Laudato Si, de mayo de 2015, bajo la teoría de la ecología integral o cuidado de la casa común, que se centra en el cuidado del entorno natural y de todas las personas, así como en cuestiones más amplias de la relación entre Dios, los seres humanos y la Tierra. Pues bien, en mi humilde entender Cárdenas se adelantó al analizar la naturaleza como el ambiente común de los seres humanos y de los estados y que impone limitaciones morales a la extracción y especulación a los recursos y riquezas de la naturaleza. Temas que el Papa Juan Pablo II desarrolló sobre el deber de custodiar la naturaleza. Por ejemplo, en su encíclica Centesimus Annus de 1991, Juan Pablo II escribió sobre la naturaleza como un don de Dios y la necesidad de que los seres humanos cooperen con Dios para promover el florecimiento correctamente ordenado del medio ambiente (CA, 37). Además, la Centesimus Annus esbozó una conexión entre la ecología natural y la «ecología humana» (CA, 38), anticipando el concepto de ecología integral de la Laudato Si’. El Papa Benedicto se hizo eco de estas mismas enseñanzas durante su papado, por ejemplo, en su encíclica Caritas in Veritate de 2009 (véase CV, 48-52[4] Lo expuesto me permite considerar que el Tratado Humanismo Cristiano de Rodolfo José Cárdenas, de noviembre de 1992, en su parte referida a al hombre y a la naturaleza, es precursor de la ecología integral, al enunciar, el planteamiento de la integración humana de la naturaleza y sus relevancias e implicaciones globales mundiales y de entorno del desarrollo humano integral, que vino a consolidarse por los textos del magisterio eclesiástico. No cabe duda, a mi juicio, que dicho Tratado es un hecho histórico, que con justicia debe destacarse en el Programa del 60 Aniversario del IFEDEC, puesto que esta institución sirvió de cátedra para a las enseñanzas de Rodolfo José Cárdenas que enriquecieron la sistemática de la doctrina demócrata cristiana de la cual ha sido su alma mater. [1] Presidente de la Fundación Alberto Adriani, exmagistrado e Individuo de Numero de la Academia de Ciencias Políticas y Sociales.
[2] Observatorio de la Globalización. CELAUP Universidad Metropolitana. Informe 3, junio 2013
[3] Joseph M. de Torre. 'Maritain's "Integral Humanism" and Catholic Social Teaching' [El 'Humanismo Integral' de Maritain y la Enseñanza Social Católica]. 2001) [4] El mejor resumen de Laudato Si' - Laudato Si Movement (El mejor resumen de Laudato Si’por Christopher Rice | Jun 15, 2022 | Blog, Noticias y Actualizaciones, Papa Francisco, Semana Laudato Si'
Román J. Duque Corredor: ADRIANI Y LA PANEUROPA (Ver y descargar en PDF)
López Contreras y la economía orgánica FEBRERO 17TH, 2018 LUIS XAVIER GRISANTI EL PRESIDENTE ELEAZAR LÓPEZ CONTRERAS Y SU MINISTRO DE GUERRA Y MARINA, GRAL. ISAÍAS MEDINA ANGARITA La sana y equilibrada gerencia macroeconómica de un país es una función primordial del Estado y de sus gobernantes. Una gestión de gobierno debe fundamentar sus políticas públicas conforme a una doctrina económica, debidamente delineada desde un principio, bajo normas prudenciales de carácter fiscal, monetario y financiero, formulada orgánicamente y desprovista de superficialidades ideológicas o improvisaciones inadecuadas. Un jefe de Estado de la calidad, competencia y respetabilidad de Eleazar López Contreras (1883-1973), el general civilista que dirigió la transición de la dictadura a la democracia (1935-1941), escoge a sus ministros y colaboradores entre las figuras de mayor entidad académica o profesional dentro de su respectivo campo de actividad, sea económico, social, político, científico o cultural. El presidente López Contreras seleccionó a dos jóvenes venezolanos bien formados, honestos y con una arraigada vocación de servicio público. Fueron ellos, el economista merideño Alberto Adriani (1898-1936) y el abogado llanero nacido en Zaraza (entonces llamada la Atenas del llano venezolano), Dr. Manuel R. Egaña (1900-1985). Gracias a la iniciativa del Dr. Simón Alberto Consalvi, se nos encomendó escribir las biografías de Adriani y Egaña para la Biblioteca Biográfica Venezolana, patrocinada por el diario El Nacional y Bancaribe. En nuestras lecturas pudimos encontrar textos escritos por ambos estadistas, a quienes podríamos calificar como precursores de lo que hoy se denomina en la Unión Europea, el modelo social europeo y la economía social de mercado. En los años 30 del siglo XX tiene lugar la Gran Depresión en los Estados Unidos, con su secuela de quiebra de empresas, desempleo y pobreza, tanto en ese país como en el resto del mundo. Se estremecen los dogmas del liberalismo económico, el llamado laissez – faire, según el cual sólo las fuerzas del mercado libremente ejercidas garantizan el bienestar social de la sociedad, con un Estado no interventor. Los cimientos del capitalismo son cuestionados. Los logros industriales del nacionalsocialismo nazi y fascista en Alemania e Italia atraen a muchos intelectuales y jóvenes, al igual que el proceso de industrialización acelerado que implanta Joseph Stalin en la Unión Soviética, basado en la eliminación de la propiedad privada, la colectivización agropecuaria y la estatización de los medios de producción. Se pone en ejecución la dictadura del proletariado, a partir de la cual el socialismo abriría paso al comunismo como sociedad perfecta e igualitaria. En nombre de las masas proletarias se implantan economías de planificación central y regímenes autocráticos apuntalados por un partido único, el Partido Comunista. Alberto Adriani, desde su retiro en Zea, Estado Mérida, entre 1930 y 1935 (donde se dedicó a la actividad de producción y exportación agropecuaria de su familia), propone un modelo alterno y distinto: un “plan metódico” formulado entre el Estado y el sector privado y una “economía orgánica,” que descanse sobre la iniciativa empresarial como fundamento del crecimiento y el desarrollo económicos. Desde el Alto Escalante, Adriani escribe: “Un plan económico permitirá coordinar las actividades económicas de un país, tanto las públicas como las privadas, y darles la dirección que más se acuerde con los intereses permanentes de la Nación. A este plan se adecuarían la política de tierras baldías, la inmigración y colonización, la sanitaria, la agrícola, la minería, la industrial, la comercial, la fiscal, la bancaria, la de comunicaciones, la hidráulica. La iniciativa privada seguirá libre, pero es claro que no podrá ni le convendría apartarse de las líneas del plan.” Manuel R. Egaña, por su parte, señala que el modelo económico no era conveniente que fuera ni el laissez – faire, sin intervención del Estado, ni el de estatización de los medios de producción y eliminación de la propiedad privada. Y así expresa: “Sería insensato e inútil que se tratara de aplicar entre nosotros, digamos, el régimen soviético o el régimen nazista, como la adopción de un régimen de completo laissez – faire, laissez aller, laissez passer, porque Venezuela tiene su propia doctrina económica, resultado natural y espontáneo de su propia vida…lo que importa, pues, no es definir si el Estado, en Venezuela, debe ser liberal o intervencionista, sino estudiar el grado mayor o menor en que deba intervenir…” Egaña, ministro de Fomento, procede a enumerar, en 1940, cinco principios que hacen procedente “un mínimum de intervención estatal” en la economía: 1. Conviene estimular la libre competencia para que se reduzcan los precios en los mercados concurridos… 2. Es aconsejable respetar los amplios márgenes de beneficios que puede reportar una inversión…por ser Venezuela país de crecimiento rápido… 3. El instrumento administrativo para una intensa intervención económica es todavía insuficiente… 4. Conviene reducir el coeficiente del presupuesto nacional dedicado a retribución de funcionarios y servicios… 5. El concepto de que todo lo bueno y lo malo se espera del Estado tiene un efecto desmoralizador sobre la población, especialmente la población rural…” Esta última recomendación es particularmente relevante para nuestro tiempo, por cuanto a lo largo de décadas, desde entonces, los gobiernos de Venezuela y la sociedad venezolana misma, han dependido en extremo de las dádivas y subsidios del Estado, y allí encontramos la génesis de nuestra mentalidad rentística, derivada de la riqueza petrolera, que ya entonces era objetada por tres de los principales colaboradores del presidente López: Adriani, Egaña y Arturo Uslar Pietri. @lxgrisanti ————————————————- [1] Edición de la charla dictada por el autor en el Foro Vida y época de Eleazar López Contreras, Escuela de Enfermería, Universidad Central de Venezuela, Caracas, 27 de enero de 2018.
Alberto Adriani: Sembrar el Petróleo
Por Juan José Peralta
Disponible en: http://diariodelosandes.com/content/view/230512/105986/ Un consejo de Alberto Adriani para los jóvenes que quieren gobernar a Venezuela. Rubén Darío Peralta Poco tiempo tengo en el país, estuve mucho tiempo en el exterior por motivos de estudio, detecto muchos cambios que tomarían leguas de papel para analizarlos responsablemente, pero permítanme ustedes reflexionar acerca de un tema que ha tomado primer plano en la opinión pública, debido a las próximas elecciones legislativas. Los jóvenes dirigentes estudiantiles (o ex dirigentes) de oposición están cotizándose alto para ciertos sectores nacionales, quienes los ven como los salvadores de la patria, mesías veinteañeros cuyos rostros frescos y buena oratoria caen como bálsamos para suavizar una política nacional con mucho cadáver político momificado; “los preferimos a ustedes muchachos, que a esos representantes del pasado” dicen los entusiastas propulsores y propagandistas de esta tesis. Del lado del oficialismo ocurre lo mismo, pues todos quieren ser futuros diputados (as). Al unísono, los interesados de ambos bandos repiten la misma frase: “debemos ser elegidos porque somos jóvenes, el futuro del país”.
Permítanme, ustedes futuros líderes de Venezuela, aspirantes, legítimos todos, a caciques, hacerles llegar el consejo del gran estadista que fue Alberto Adriani, junto con mi humilde opinión del asunto (si eso vale de algo).Para esto voy a dejar a ese gran humanista venezolano que fue Mariano Picón Salas, amigo íntimo de Adriani, empezar el mensaje en su nota de 1936 (poner atención al año de este escrito):
“Pero según Adriani, esa revolución contra la estúpida tiranía era necesario realizarla primero en nosotros. “Gómez es, de cierta manera, la consecuencia de un estado social”. Gómez manda porque nosotros hemos sido la indisciplina, la improvisación, la guachafita. Gómez es el gran culebrón que vino a gobernar sobre las ranas cuando éstas pedían más poder, según la fábula clásica. Muchos muchachos románticos piensan que se tumba a Gómez después de beber unos tragos, buscando camorra a un policía, y apareciendo en la Plaza Bolívar al grito de: “¡Abajo la tiranía!” Este es un problema de preparación, de orden, de disciplina colectiva. “Antes de hacer la República debemos hacernos nosotros, porque todavía no somos.” Y para “hacerse”, Adriani partió a Europa un día de 1921”.
Alberto Adriani, quien venía de participar en la insurgencia estudiantil contra Juan Vicente Gómez, partió a Suiza a estudiar las ciencias económicas, perfeccionar los idiomas extranjeros, empaparse de las nuevas teorías políticas, y observar el proceso de reconstrucción de una Europa devastada por la guerra. Caracciolo Parra Pérez le consigue acceso a la Sociedad de las Naciones (especie de ONU actual), donde tuvo acceso a los archivos y pudo seguir la fundación de los nuevos estados en su base jurídica y económica. Picón Salas relata: “Concurre a la Universidad y frecuenta los debates públicos de la Sociedad de las Naciones. Con una avidez de conocimientos observa los hombres, las instituciones. A propósito del delegado chino a la Sociedad de las Naciones en aquel año 21 ó 22, que se destacó con excepcional inteligencia en los más complicados debates políticos, me escribe una carta curiosísima sobre la psicología de los orientales, sobre lo que puede significar el misterioso Oriente en una nueva y próxima etapa de la Historia moderna (…) Pero en esta Casa Internacional de Ginebra hay excelentes archivos y noticias; se va elaborando a pesar de todo, el Derecho y la Economía de los nuevos estados. Y entre sus leyes de trabajo, boletines estadísticos, reformas agrarias en los países de la Europa Central o Sur Oriental, él (Adriani) pasa sus horas. De tiempo en tiempo, un corto viaje por Italia o por Francia. Y tanto entusiasmo como las obras de arte y los museos, le suscitan aquellas obras no menos grandiosas de la técnica moderna. La agricultura en el Piemonte, la industria en la Lombardía. Patriota, piensa en las caídas de agua y la riqueza hidroeléctrica de Venezuela completamente desaprovechadas. En uno como sueño de patria futura piensa que el paisaje de Mérida, en nuestros Andes, se parece, por ejemplo, al de Turín o Milán; y nuestro Chama andino guarda tantos caballos de fuerza como el Po. “Tenemos carbón, petróleo, hulla blanca; y la unidad nacional (…)”. Y remata el gigante Adriani: “Si se pudiera vencer la incuria y la ignorancia de esos hombres imprevisores que en estos años de despilfarro y servidumbre gomecista pretenden dirigirnos…Venezuela es entonces un estado fuera de mundo, una factoría de petróleo extraído en brazos esclavos. Gobiernan los incapaces y los peores”.
Alberto Adriani regresaría después a Venezuela, y después de pasar un tiempo dedicado como agricultor en su natal Mérida, debido a la imposibilidad de aplicar sus conocimientos durante la dictadura, pasaría a ser Ministro de Agricultura primero, y Hacienda después, a la caída del Benemérito. Sin entrar en detalles del inmenso trabajo que hizo este héroe venezolano en la maltrecha hacienda nacional, sólo les diré, a ustedes mis queridos líderes de la juventud, que Alberto Adriani es el padre de la economía moderna y las finanzas en Venezuela.
A ustedes, líderes frescos, que valerosa y noblemente desean aportar, que apuestan por Venezuela, que quieren cambiar nuestras estructuras, que desean un nuevo país con justicia social, prosperidad, y desarrollo. A ustedes que pueden ser una generación histórica, y que han dado un paso al frente y son tratados como héroes por partidos políticos, medios, y público (dependiendo de la tendencia), a ustedes les digo, de manera humilde, que no podrán realizar los cambios profundos que por voluntad desean, porque sencillamente no tienen la preparación intelectual para hacerlos. Aunque suene horrible para algunos, ésta es la realidad; llamo a la responsabilidad en este sentido a la población y, especialmente, a los que promueven, sin planificación alguna, un salto cuántico generacional que suena “trendy” pero es irresponsable. Vean como están siendo utilizados como carne de cañón por algunos. Muchos de ustedes no han culminado sus estudios siquiera y ya quieren diputaciones y alcaldías, ¡tamaña irresponsabilidad con nuestra pobre Venezuela que espera un nuevo, pero a la vez eficiente, liderazgo! ¿Acaso no ven que esta historia se repite de generación en generación? Adriani dijo sus palabras en los años 20, ¿es que el bochinche, el gobierno de los incapaces, y la improvisación han desaparecido? Muchas generaciones de estudiantes heroicos ha tenido Venezuela, no sólo ustedes, y muchas de ellas han fallado porque no estaban preparadas para transformar la médula de un país donde impera todavía la ley del más fuerte, el amiguismo y la viveza criolla. Muchas promesas se dedicaron al trabajo político pero sin realizar su tarea formativa, y lo que hicieron fue improvisar y quedarse cortos a la hora del Gobierno. No se crean el cuento peregrino de que fue solamente por ustedes que se derrotó a Chávez en la mega-reforma constitucional del 2008 (por escaso margen por cierto), pues si así fuera, también lo hubieran derrotado en la última enmienda sobre la reelección indefinida (victoria con suficiente ventaja les recuerdo), y no lo hicieron. En esos momentos entraron otros factores en juego, dando los resultados ya sabidos, ustedes fueron solo uno de esa conjunción de factores (otro día los podemos discutir).
Tienen andado, queridos compatriotas, un gran trecho, puesto que han pateado la calle, han liderado manifestaciones, fueron presidentes de centros de estudiantes y federaciones de centros, algunos han sufrido prisión, y otros, soportado terribles situaciones de amedrentamiento con guapeza. Todo esto los ha transformado en líderes importantes de la calle, con temple, con sensibilidad social, con experiencia y madurez política, pero aún son ustedes líderes prematuros que hay que pulir y formar para transformarlos en brillantes estadistas.
Porque allí está la clave, Venezuela necesita más estadistas, más hombres de estado con visión de futuro, y necesita mucho menos de caudillos populistas, gritones de calle, quemadores de cauchos. De esos estamos sobrados mis amigos. Acá hemos tenido caudillos desde la guerra federal, y así nos ha ido. ¡Pero que falta nos han hecho más gente como Adriani, Gabaldón, Roche, Abreu, Burelli, Pérez Alfonso, ó Kerdel-Vegas en funciones de Gobierno! No caigan en el inmediatismo de un cargo de elección donde quizás (y puedo ser yo el equivocado) les falte más preparación, por el miedo de dejar pasar el sospechoso tren llamado “momento político”. Transformarse en lo que pueden llegar a ser, que no es más que estadistas, requiere una inversión mayor del tiempo en el estudio y la preparación, pero con una tasa de retorno mucho mayor para ustedes y la patria. Sigan el ejemplo de Adriani, vayan a hacer postgrados, preferiblemente en países desarrollados para que puedan absorber las cosas positivas (como el sistema educativo) y con potencial de aplicabilidad en nuestro país, aprendan a leer el inglés y el francés (por lo menos) para poder consultar las publicaciones actualizadas de las diferentes corrientes del pensamiento mundial (y no esperar la lenta versión en español del libro, o que otros le traduzcan la revista y el periódico), recorran y conozcan a fondo los rincones de Venezuela, hablen con la gente de la provincia, para así darse cuenta de la miríada de ideologías, costumbres, problemas y modos de ver la vida de los venezolanos. En la provincia todavía existe mucha desconfianza hacia el poder de Caracas, sobretodo en las comunidades rurales, donde existe un sentimiento de abandono por parte de la capital hacia el resto del país; vayan y hablen con esos hombres y mujeres. Es allí, en el monte y la culebra, donde Chávez siempre gana, revertir eso no lo van a lograr desde sus Twitters y Facebooks.
Tomen tiempo para estudiar los principios económicos, las teorías políticas, vayan a los simposios que organizan universidades, fundaciones y academias, viajen y observen como funcionan las instituciones en el mundo desarrollado. Lean historia de Venezuela, para que puedan entender los complejos fenómenos sociológicos y psicológicos de esta nación, para que aprendan de los errores de las generaciones anteriores, y así, al conocer las causas de estos lodos, puedan sacarnos hacia la orilla del desarrollo. Quiero dejar claro que considero justas y meritorias todas sus aspiraciones, pienso que no deben descuidar la arena política, pero deben tomar tiempo para servir de la mejor manera a Venezuela, y eso comienza con la debida preparación que tan difícil empresa requiere. Venezuela necesita un trabajo de cirujanos con experiencia para extirpar con la más alta precisión todos los tumores que nos aquejan, no de médicos recién graduados con pulsos temblorosos.
Ser joven y arriesgado no es patente de corso para dirigir un país, para ocupar un puesto de rango, o para que nosotros, los demás, los sigamos. En este momento, ustedes no nos pueden llevar a nada porque no son nada profesionalmente, todavía. Si quieren continuar con sus actuales intenciones políticas pues primero expliquen como van a implementar la ley del primer empleo, la de la primera vivienda, y otros tantos proyectos prometidos. Expliquen la planificación financiera para esto, que excepciones contienen las leyes, las metas de posibles beneficiarios, como lograrán su aprobación; existe un mundo entre las intenciones y los hechos. Esa es la manera de ganarse el puesto en elecciones primarias o de base, y si salen victoriosos, pues a enfrentarse al tribunal popular, que es el que decide. Pero por favor, dejen la cuña de la “nueva generación y que representamos el futuro” como argumento principal. Leopoldo López, un alcalde electo joven, tenía un Master en Harvard y un abanico de propuestas bien hechas, por eso fue elegido, no por usar una metralla rosa.
Escribo esto porque yo también fui un presidente del centro de estudiantes y consejero de facultad en una universidad venezolana entre 1998 y el 2000. Cuando me gradué dejé la ciudad para irme a estados pobres y olvidados de Venezuela a trabajar, a conocer Venezuela en el fondo. Cuando volví de esa experiencia me ofrecieron (en la misma semana) la secretaria juvenil de dos partidos políticos en mi estado. Villas y castillas, el fulano “momento político”, la oportunidad de subir en la escalera y jugar las grandes ligas. Después de pensarlo escogí la opción de estudiar, de hacer postgrados, de aprender idiomas, de observar otros mundos; prepararme para servir bien y no ser otro funcionario de montón, con fracaso asegurado a la hora de generar el cambio de “ethos” necesario. Trabajé y estudié bien duro para ganarme becas y cartas de aceptación, nadie me regaló nada. Y ahora estoy de vuelta, con 33 años (no tan lejos de ustedes). Y leyendo a Adriani y a Picón Salas me siento más contento de esa decisión que tomé en el momento. Ahora si siento que puedo ser lo debidamente útil a nuestra patria, que si puedo aportar algo diferente desde mi modesta esquina, ahora si puedo echarle pichón sin miedo ni improvisación en el sector donde me he formado. Las oportunidades para hacerlo llegarán, eso es cuestión de tiempo; el “momento político” lo crea uno mismo. Esa es la misma sensación que deseo para todos ustedes que aspiran a ocupar su sitio en el mundo venezolano. En menos de 10 años ya habrá otros líderes jóvenes despuntando, queriendo desplazarlos, y repitiendo lo mismo que ustedes: “somos el cambio, somos jóvenes, y no fallaremos como los anteriores”. No dejen pasar esta oportunidad de transformarse en los profesionales y estadistas que tanto necesita la nueva Venezuela. ¡Prepárense para gobernar este país primero!
Los despido con este pasaje, el más inspirador y bonito sobre Adriani, que para mí, inmortaliza a este gran estadista merideño. A continuación la hazaña que todo hombre público de bien quiere para su pueblo, el cambio de “ethos”. Que cierre Picón Salas:
“Y un sábado de julio llegó contento y con una noticia excepcional. Por aquella noticia podría perdonarse la tribu de solicitantes, arbitristas y majaderos que rondaban en torno de cada ministro, en aquellos días primaverales de nuestra democracia. Gente impaciente, pedigüeña, que no deja trabajar. Recogía ya al cabo de tres meses de Ministerio los frutos inmediatos de una nueva organización. Y se le iluminaba la cara adolescente al transmitir la buena nueva: durante el mes de junio las aduanas de Venezuela habían recogido más dinero que en cualquiera otro mes de la historia fiscal de Venezuela. “No es que hayan aumentado mucho los negocios -me dijo-. Es que disminuye el contrabando y empieza un régimen de honestidad. Salvaremos este año de prueba, año en que hay que perfeccionar los organismos de control, formar una administración eficiente, y el año próximo, si estamos todavía aquí, pondremos el país a producir.” “Una economía nacional autónoma y próspera” era una frase que él acuñaba como una fórmula”
Alberto Adriani moriría poco tiempo después de manera prematura, me pregunto que hubiera sido de Venezuela si este estadista hubiera vivido lo suficiente para cumplir su promesa “el año que viene pondremos el país a producir.”
Sigan el ejemplo de Alberto Adriani
Mérida 06/04/2010
ADRIANI Y LAS ELECCIONES MUNICIPALES
Román J. Duque Corredor La proximidad de las elecciones municipales es una oportunidad propicia para la Fundación Alberto Adriani de destacar su pensamiento acerca de la importancia de los poderes locales, y en especial del municipio en el desarrollo del país. Célebre es la frase de Adriani que desde el municipio comienza el desarrollo de la Nación y que debemos comenzar por el nuestro. Recogemos ese pensamiento para motivar a los vecinos a que concurran el 8 de diciembre a votar para elegir alcaldes y concejales. En otras palabras, el poder ejecutivo y legislativo municipal. Las elecciones municipales son el mecanismo democrático del carácter representativo y alternativo del sistema de gobierno, que dentro del concepto de Estado de Derecho y de Estado Federal Descentralizado, propugna la Constitución para la sociedad pluralista y participativa a la que se aspira en su Preámbulo. Asimismo, la elección de los poderes locales es la principal forma de participación política ciudadana que se reconoce constitucionalmente, puesto que en ella participan todos los vecinos, que estén inscritos en el registro electoral municipal, mediante el sufragio universal, sin exclusiones y discriminaciones. E, igualmente, estas elecciones garantizan la alternabilidad en los cargos del poder municipal, es decir, el cambio de gobierno local. Para Adriani, lo local, entendido principalmente como el espacio primario de ejercicio de la actividad política del ciudadano, es esencial para el resto del espacio estadal o nacional. Y ello es cierto, la República, históricamente en Venezuela, nació desde los municipios y no de la República hacia los municipios. En efecto, éstos primeramente se agruparon en estados y los estados después constituyeron la República de Venezuela. Por esta razón, en el artículo 168, de la Constitución, aún se consagra a los municipios como la unidad política primaria de la organización nacional y no a los estados o a la República. Cierto estaba, pues, Adriani, cuando afirmaba que la base del desarrollo nacional son los municipios. En otras palabras, que el verdadero nacionalismo es el que se basa en la defensa de la autonomía de los poderes locales y no en un exacerbado centralismo. Según Adriani, el centralismo, conduce a sistemas autocráticos de gobierno, porque desconoce la autonomía de los estados y de los municipios, y, por ende, la soberanía popular, puesto que el autogobierno por sus ciudadanos es la garantía de esa soberanía. Por lo expuesto, la Fundación Alberto Adriani, cónsona con su pensamiento proclama su identificación con las tesis autonomistas del municipio, de defensa del desarrollo regional y de fortalecimiento del Estado Federal Descentralizado, que son el legado histórico de nuestro movimiento de la Independencia, que representa en la actualidad el modelo de sociedad democrática, participativa y protagónica, del Estado de Derecho, de Justicia, Federal y descentralizado, que propugna nuestra Constitución. Por eso, la Fundación Alberto Adriani, insta a los electores de los circuitos municipales y parroquiales a que voten el 8 de diciembre para que elijan sus Alcaldes y Concejales y se expresen a favor de las tesis autonomistas que tienen al Municipio, como lo decía Adriani, como la base del progreso de la Nación. Caracas, 30 de noviembre de 2013
ALBERTI ADRIANI 1898 –
1936 Luís Mata Mollejas
Alberto Adriani, el Estado y el petróleo
Alberto Adriani: su visión internacional y la Unión Panamericana.
Jesús E. Mazzei Alfonzo* Resulta un honor escribir en la primera edición de la Revista Cuadernos Adrianistas que será un espacio para la difusión y debate de las ideas de este preclaro venezolano que vivió en el primer tercio del siglo veinte y que dejó un legado importante de obra escrita y de vida pública, que aún hoy conserva una importante vigencia. Por ello, adentrase en el estudio de la parábola vital de este insigne y ejemplar venezolano, es interesante ya que es el primero que se aproxima a los estudios de las ciencias sociales en una forma multidisciplinaria y científica. Su paso por Europa y sobretodo en la División Agrícola de la Unión Panamericana donde pasa casi tres años, antes en una andadura de casi 10 años en el exterior, será fundamental en su formación intelectual y de hombre público. En ese sentido, este artículo toca brevemente su paso por el viejo continente por una parte, y por la otra, su experiencia internacional en la Sociedad de Naciones, luego su gestión en la División Agrícola para luego finalmente, hacer un esbozo de su gestión en los Ministerios de Agricultura y Hacienda. Alberto Adriani, es para muchos conocedores de las finanzas públicas y la economía en el país desde finales de los años 30, el más brillante Ministro de Hacienda que ha tenido la nación. Fundador ademàs, del Ministerio de Agricultura y Cría, fue un hombre que se adelantó a su tiempo; percibió y comprendió adecuadamente los principales problemas de la Venezuela de los años veinte y treinta Con clara lucidez prospectiva e intelectual, visualizó los primeros problemas que podía tener en la estructura económica nacional la irrupción del petróleo en el sistema productivo, si no se tomaban medidas apropiadas para su adecuada inserción al interno del sistema económico nacional.
Ginebra, Sociedad de Naciones e influencias intelectuales.
Complementó sus conocimientos académicos adquiridos en la Universidad Central de Venezuela, donde inicia sus estudios de Derecho, carrera que no concluye, pero le permitirán acercarse algunas disciplinas de economía política, luego prosigue sus estudios en la prestigiosa Universidad de Ginebra donde se gradúa de economista, con una experiencia organizacional, en diversos organismos internacionales y en la Cancillería venezolana en particular, lo que le permitió tener una amplia visión de las cuestiones políticas y económicas de esos años tanto a nivel nacional e internacional. Su experiencia en el mundo diplomático es realmente interesante, ejercicio el papel de Cónsul y luego como secretario de la Delegación en Ginebra por lo que debe haber redactado muchos de los informes o memorandas que transmitía a Venezuela. Comprendió a cabalidad los complejos problemas que aquejarían a la nueva sociedad europea luego de la Belle Epoque. En ese aspecto, la vivencia Europea le amplio el mundo intelectual y profesional. Quizás haya sido el venezolano de su tiempo y momento con mejor formación. Estudia a David Kynley, John Maynard Keynes, Thomas L. Eliot, Chester H. Rowell entre otros, vive el debate intelectual de Europa de la postguerra, en sus diferentes vertientes y dimensiones, tanto políticas, económicas y filosóficas. Eso le hace tener un pensamiento amplio y transdisciplinario para analizar los problemas de su tiempo y época. Sus estudios sistemáticos tanto de Ginebra como de Londres, le llevo a profundizar en la sociología y la economía. Lee y estudia The Ende of Laissefaire de John Maynard Keynes por ejemplo, que le hará tener un postura crítica del liberalismo y al papel del Estado en la economía y en la política, por que considera que el Estado debe involucrase más en la ordenación de la economía y en las relaciones internacionales, tanto en su dimensión política como en la economía internacional. Ve el surgimiento de la segunda fase de la globalización, aunque no lo conceptualicé como tal. En ese sentido, deseo centrar este artículo en su experiencia internacional, que fue el complemento de su formación profesional, primero ejerció roles como Cónsul de Venezuela en Ginebra en 1921, entre mayo de ese año y noviembre. Allí ingresa a la Universidad de Ginebra, paralelamente el Canciller de entonces, Itriago Chacin le propone al Presidente Gómez nombrarlo como secretario de la Representación venezolana en la Segunda Asamblea de la Sociedad de Naciones, institución fundada a raíz de la finalización de la primera guerra mundial. Adriani, asistirá a la tercera, cuarta, quinta y sexta Asamblea entre 1922 y 1924, respectivamente. En estos años observará el funcionamiento de la organización, sus vicisitudes y las complejidades de funcionamiento de una naciente organización multilateral en una nueva diplomacia que estaba iniciándose en esa dimensión. Adriani, tuvo como contemporáneos a venezolanos de la talla intelectual o política de Diógenes Escalante, Santiago Key Ayala, Caracciolo Parra Pérez, José Gil Fortoul, César Zumeta, José Antonio Tagliaferro, de los que enriqueció intelectualmente. Así las cosas, conoció y tuvo la posibilidad de empaparse del trabajo global del organismo, adquirió los conocimientos indispensables para manejarse no sólo en el trabajo diario de la Representación venezolana sino además, en la organización multilateral, aprendió el arte de la negociación y a través de las comisiones que integraban el trabajo de la delegación venezolana en Ginebra es probable que Adriani, centrará su trabajo en la primera comisión la que se dedicaba al estudio de cuestiones jurídicas y constitucionales del organismo y en la que estaba dedicada a las cuestiones económicas y financieras de la Sociedad de Naciones. En ese mismo orden de ideas, Adriani, seguirá colaborando con la prensa de su país y redactará alguno de sus mejores trabajos intelectuales. Creyó en los objetivos y se identificó con los ideales de la Sociedad de Naciones, tuvo si se quiere una gran influencia del pensamiento idealista desde todas sus las vertientes y tendencias (Hegel moldeará su pensamiento intelectual, fundamentalmente, aunque leerá además, a Kant, Fichte, Schelling, Croce y Gentile) predominante de la época. Todavía el realismo no había hecho su irrupción a través del libro de E. H. Carr, Veinte años de Crisis, que será editado tres años después de la muerte del ilustre merideño en 1936. Aunque no se hacia muchas ilusiones sobre el ideal wilsoniano y sobre la eficacia ejecutiva de la organización, sin embargo, ve una interesante ventana de oportunidad en la creación de un orden internacional y un laboratorio en la elaboración del derecho y economía de los nuevos estados y las leyes, que servirán de base para la creación de la ONU, años después. Adriani, monitoreará el resto de su vida las actividades del la Sociedad de Naciones. Vive sus años de crecimiento que van del 1921 al 23, los inicios de la estabilidad del organismos del año 1924 hasta 1931 y los conflictos que marcaran la vida de la organización entre 1932 hasta el 36 y los conflictos que años después llevarán a su desaparición en 1939 (estos no los vera). En todo caso, a pesar de la crisis de existencia del organismo que le toca presenciar Adriani, es un defensor importante de la creación de una organización internacional que moldee la paz, seguridad y el orden del mundo y que sea un organismo multilateral que los moldee. Adriani se identifica así pues, con el ideal que irrumpe con la Sociedad de Naciones en su visión política. Es un defensor del multilateralismo, ya que observa que la Sociedad de Naciones, es un organismo que trabaja con métodos más o menos oportunos en la organización de una Europa que había sido sumida en una guerra que la desorganizo y acabó con varios imperios ( la dinastía prusiana – Hohenzollern-, la dinastía rusa- Romanov-, la dinastía turca-osmani/otomana, Austro-Húngaro-Hasburgo-, entre otros) y sembró muchos odios y resentimientos, a pesar de ello, oteaba el futuro con cierto optimismo, por el papel que podía jugar la nueva organización. La Ginebra, pues, de aquel momento le permite el trato con figuras representativas de un mundo convulsionado, como Arístides Briand, Beens, Venizelos, Van Zeeland, Carlos Sforza, Titulescu entre otros. Por otra parte cree que Venezuela, debe participar activamente en la Sociedad de Naciones porque somos demasiado débiles y tenemos vecinos demasiado fuertes. Los Estados Unidos inician su era de expansión y debemos establecer vínculos fuertes con Europa. A manera de balance y garantía. Dice…” Ha pasado el período, en que los Estados Unidos nos protegían contra el imperialismo de Inglaterra o de Alemania…” Así las cosas, en fin, los años de Adriani en Ginebra transcurren plenos de aprovechamiento entre los estudios y el trabajo de Secretario de la Delegación de Venezuela acreditada ante la Sociedad de Naciones, donde actuó con la eficacia que le caracterizaba en las cuatro reuniones estructuradas tal fin. Itriago Chacín había cumplido la promesa. Y el joven venezolano había hecho honor a su país, a su generación y al propio organismo internacional. Su pasantía por Londres, será fundamental en su formación como lo fue la de Ginebra; conoce a Keynes como mencionamos arriba, se nutre de toda la discusión intelectual de la Inglaterra de los años 20 y finales de esa década, es un ávido ratón de bibliotecas estudia al fascismo y al marxismo del cual fue un critico fundamental, en sus fundamentos teóricos y prácticos viendo los primeros años del revolución rusa, además, fue un fuerte crítico del positivismo. Por ello afirmo…” En la misma época en el mundo germánico, a pesar de Vogt, Buchner y Moleschott, profesores de materialismo, el pensamiento filosófico se mantenía fiel a las inspiraciones de Kant y desarrollaba sus varios aspectos en las vastas metafísicas de Fichte de Schelling, de Hegel, y de Schopenhauer. Estos diversos sistemas son de esencia idealista y de nada hace prever, como lo enseña la última filosofía alemana, el crepúsculo de Kant y de la orientación impresa por él hace un siglo…”. Por otra parte, se adelantará en la visión de la futura Comunidad Europea de la que manifestará…” Indudablemente los Estados Unidos de Europa, no son un mito. Ya la idea no es cósmica. Pero, sin embargo, las resistencias que será necesario superar son enormes. Será indispensable borrar recuerdos de luchas milenarias, odios profundos de religión y de raza, prejuicios e incomprensiones tenaces, modificar el actual estatuto político…”
La Unión Panamericana
En su última experiencia internacional en la Unión Panamericana, antes de regresar a Venezuela, aplicara lo aprendido en esos años, tanto en Ginebra como en Londres. Creía en el papel del Estado como ductor y orientador, fue un critico del Estado liberal, ello también impregno su visión del papel del Estado, dentro del funcionamiento de la economía internacional y también en su rol al interno de la economía nacional, por ello hablaba de un Estado Social. Cree en la interdependencia y en la solidaridad de los Estados. Veámosla con más detalle. El 14 de julio de 1926, Adriani recibió una carta de Esteban Gil Borges invitándolo a colaborar en la Unión Panamericana, Adriani acepta el ofrecimiento y a finales de julio de ese año. En el período comprendido entre agosto de 1926 y enero 1928, el ilustre merideño se abocó al trabajo preparatorio de la sexta Conferencia Panamericana a la que asistió como Secretario de la Delegación de Venezolana, y también el 23 de febrero de 1927 fue nombrado delegado de Venezuela junto con el Dr. Guzmán Alfaro a la Tercera Conferencia Comercial Panamericana que tuvo lugar en Washington del 2 al 5 de mayo de 1927, aquí Adriani también representa a la Cámara de Comercio de Caracas, se crea al seno de la Unión una Oficina o Sección de Cooperación Agrícola. Para que tal departamento empiece a funcionar hay que dirigirse a los gobiernos de los países miembros recabando de ellos las informaciones estadísticas, el sistema legal y las realidades en el campo de la agricultura. Toda una montaña de trabajo burocrático y organizacional, pero Adriani lo acontece con rapidez y eficiencia. Empieza a observar y vislumbrar, la implantación del petróleo que empieza a alterar el panorama nacional, en la dimensión de la renta petrolera al seno de la economía venezolana. El petróleo sobrepasa desde aquel año 1928 al café como principal artículo de exportación de Venezuela. El trabajo de la Sección girará fundamentalmente en torno a la formulación de un plan de fomento para la agricultura en América y que entre las cuales destaca la atención a todas las solicitudes que se recibían en la institución sobre cultivos agrícolas, ganadería, medicina veterinaria, enfermedades, y plagas de las plantas, selvicultura, suelos, irrigación, abonos, avicultura, apicultura, sanidad vegetal y animal, meteorología, estadística, economía y educación agrícola, colonización, industria pesquera, entre otros asuntos relacionados con la sección. La relación de esta oficina al seno de otras instituciones gubernamentales estadounidenses de la Secretaria de Agricultura y de numerosas instituciones científicas, universidades, laboratorios, estaciones experimentales, jardines botánicos y otras instituciones semejantes en todas la regiones de América ya ellos acudía para atender las solicitudes que por su índole requerían investigaciones, ensayos, análisis o trabajos especiales. La sección prestaba múltiples servicios de valor práctico entre las cuales cabe mencionar: exámen y análisis de muestras para determinar enfermedades y plagas, análisis de maderas, envío de semillas para cultivos experimentales, envío de cultivos bacteriológicos para inocular semillas, exterminar insectos y animales nocivos como ratas, hormigas, gusanos, parásitos de animales domésticos entre otros. La Oficina distribuía monografías, estudios, bibliografías, catálogos y otros materiales impresos. Era un organismo de intermediación entre particulares entidades oficiales, organismos científicos, firmas comerciales y manufactureras que negociaban con diversas ramas de las industrias agropecuarias, colaboraba con misiones científicas relacionaba con las autoridades y entidades correspondientes a técnicos que deseaban dedicarse a trabajos especiales en las distintas regiones agrícolas de América, recogía datos y estadísticas, preparaba listas especiales de estaciones experimentales, instituciones de enseñanza, asociaciones de agricultores y ganaderos. etc. Cumplía otras funciones al frente de la Dirección de Cooperación Agrícola, Adriani redactó la Sección Agrícola del Boletín de la Unión Panamericana. Debe resaltarse aquí el papel fundamental que va jugar en la organización y preparación de la Primera Conferencia Interamericana de Agricultura, Selvicultura e Industria Animal, acordada por el Consejo Directivo de la Unión Panamericana, cumpliendo resoluciones aprobadas por la Sexta Conferencia Panamericana, a la cual Adriani no asiste porque renuncia al organismo, fecha en la cual los distintos estudios de Adriani dan diferentes versiones unos la ubican en enero de 1930 (Miguel Szinetár Gabaldón), otros lo sitúan en diciembre de 1929 (Luis Xabier Grisanti). Pública para los lectores venezolanos en el Boletín de la Cámara de Comercio de Caracas el artículo “La próxima Conferencia Agrícola Panamericana”, donde analiza la naturaleza del evento y posibles resultados. En resumidas cuentas, es este texto importante para conocer los antecedentes de dicha Primera Conferencia, y la tradición histórica que precedió la actividad de Alberto Adriani en la Unión, y su reflexión, decisivamente influida por la visión panamericana, sobre la agricultura y el papel que debía ocupar esta actividad económica. Debe resaltarse que durante su estadía en Washington fue testigo del colapso de Wall Sreet que evidenció la gran crisis económica mundial de los precios de los productos agropecuarios por una sobre producción y del petróleo que precipito la crisis económica venezolana de esos años. Adriani pues, regresa a Venezuela en enero de 1930, acepta la oferta del canciller Itriago Chacín de Instructor de Ministros por breve plazo es si se quiere un cargo inocuo para lo que el representa y regresa a Zea para trabajar en las empresas de su familia en materia agropecuaria, allí escribirá algunos de sus últimos mejores artículos, y ensayos sobre economía mundial y economía venezolana entre los cuales cabe mencionar: Las lecturas agrícolas, La crisis, los cambios y nosotros, Venezuela y su industria cafetera, y El dilema de nuestra moneda y la situación venezolana y las primas de exportación, donde se podrá observar su madurez intelectual y audacia en el análisis de los distintos problemas. Creo conveniente acotar que la labor de escritura de Alberto Adriani, puede rastrearse desde el año de 1918 hasta 1936
Alberto Adriani en Agricultura y Hacienda.
Luego del 30 de diciembre de 1935, muerto Gómez se inicia un proceso de democratización aún débil e imperfecto. Se debe resaltar que el 1° de marzo de 1936, luego de la muerte de Juan Vicente Gómez, se inicia un nuevo tiempo político en el país, luego de que el Presidente López Contreras, de la presentación del programa de Febrero, lo nombrará parte de una Comisión que él preside que estudiaría el problema de las primas de exportación ( elabora un artículo arriba citado) a los productos agropecuarios compuesta e integrada además, por Alfredo Jahn, Luis Monsanto, y Ramón León, se da el paso fundamental de inicio al funcionamiento del Ministerio de Agricultura y Cría que venía de ser una unidad organizacional integrada al antiguo Ministerio de Sanidad y Asistencia Social, donde convergían, ambos despachos ejecutivos, dando a la luz este novísimo Ministerio en una reorganización ministerial importante (sugiero a los amigos lectores consultar la Gaceta Oficial N° 18.894 del 2 de marzo de 1936 ) que va a regir las políticas públicas en materia agrícola y pecuaria del país. Nos es de extrañar que Adriani, asuma Agricultura y Cría, ya que viene de tener una rica experiencia internacional y gerencial en la Organización Panamericana, como Primer Jefe de la División de Cooperación Agrícola, desde 1928 hasta enero de 1930, como ya lo señalamos. En el Programa de Febrero (el cual sugiero asimismo, consultar y revisar por la actualidad de muchas de las políticas públicas que están allí planteadas) del cual Alberto Adriani fue corredactor con preclaros venezolanos de la época. Estaban pues, allí esbozadas, algunas ideas para modernizar y adecuar tanto el sector agrícola como el sector pecuario del país, entre otras materias que tocaba este documento. Cuando Adriani asume el Ministerio está en plena madurez intelectual (bebió y se formó de las principales ideas económicas y políticas y del debate intelectual europeo de los años 20 y 30) y de experiencia internacional, adquirida que pondrá en marcha en la organización del nuevo despacho ejecutivo. En efecto, contenía el Programa de Febrero entre otras ideas, la creación de: un Banco Agrícola y Pecuario, creación de cátedras ambulantes de agricultura, conservación de los recursos naturales del país; política de bosques, política de aguas, conservación de los suelos, organización y desarrollo de nuestra industria de pesca, distribución económica y rápida de los productos en pesca entre otras medidas que invito a los amigos lectores a leer las propuestas de. Alberto Adriani en ese documento, donde también dejara su impronta en materia de política fiscal y política comercial, de inmigración y colonización, temas en los cuales en su vida intelectual había reflexionado y que además se pueden ubicar en su libro Labor Venezonalista que ya lleva varias ediciones. Se le considera el primer economista de Venezuela, combina dos funciones a la vez, es un teórico y un político de la economía que vive su problemática como estudioso y luego, como gerente de la empresa familiar de sus padres y cuando asume los dos Despachos Ejecutivos que estarán bajo su comando, primero Agricultura y Cría y luego Hacienda, a partir del 29 de abril de 1936. En suma, Alberto Adriani Mazzei, funda el Ministerio de Agricultura a pesar del poco tiempo que estuvo en el ejercicio del cargo dejó una impronta determinante en el futuro de ese Despacho Ejecutivo. Dotado de una claridad intelectual y preparación profesional llega al Ministerio de Agricultura y se pone a trabajar desde el primer día sin perder tiempo.
De modo para Adriani, su paso por el Ministerio de Agricultura y Cría siempre fue motivo de preocupación la suerte del cultivador agrícola y fundamentalmente el presente y futuro de las regiones cafetaleras del país fundamentalmente, por la influencia que las empresas emprendidas por sus padres que habían ejercido en su formación y la concientización que tuvo él de la importancia del café en la economía venezolana Como consecuencia de su paso por el Ministerio de Agricultura y Cría y luego de estabilizado la nueva unidad administrativa creada, el 29 de abril de 1936, se nombra a Alberto Adriani en el Ministerio de Hacienda. En una jugada maestra del presidente López Contreras, reorganiza el Gabinete y lo nombra en el cargo que estaba hecho a su medida. Adriani, no va a Hacienda sin experiencia en la gestión pública. En efecto, viene ya con la experticia de pasar por un despacho ejecutivo que le permitió tener una visión de algunos de los problemas económicos del país, que por otra parte, le permite conocer el tamaño y la dimensión del estado venezolano de aquel año de 1936, sus complejidades, organización, formas de interrelación y de toma de decisiones, ahora le tocará manejar, formular y decidir sobre las políticas de finanzas públicas del país.
Así las cosas, dentro del
Programa de Febrero del cual Alberto Adriani fue importante corredactor. Estaban
allí, pues, esbozadas algunas ideas para modernizar y adecuar el sector de
finanzas públicas del país.
Es un venezolano de visión futurista cuando ve la importancia de la radio y utiliza los medios radio eléctricos de aquel entones para comunicarse con el país en alocuciones semanales.
Adriani, como se ve finalmente, se dedicó a formarse y a estudiar, en aquel entonces ya valoraba lo importante de la formación y adquisición de conocimientos, en una Venezuela de pocas oportunidades. Por ello, para los jóvenes es un ejemplo a seguir. Fue un hombre visionario y de acción, vinculado sin embargo a serios estudios sobre la economía, la sociedad y la economía de su tiempo, como lo comprobó su parábola vital. Tuvo a fin de cuentas una visión de la cuestión internacional, unido también a su sólida formación económica.
Bibliografía Adriani, Alberto, Cuadernos de composiciones. Academia Nacional de Historia, Caracas. Labor Venezonalista, Academia Nacional de Ciencias Económicas Caracas, 1987 Consalvi, Simón Alberto, La profecía de la palabra, vida y obra de Mariano Picón Salas, Tierra de Gracia Editores, Caracas, 1998. Grisanti, Luis Xabier, Alberto Adriani, Biblioteca Biográfica Venezolana (BBV) Nº. 94, Caracas 2008 El Nacional y Bancaribe. Ortiz s.j, Eduardo Historia del Pensamiento Económico Venezolano en la Primera mitad del Siglo XX, Tomo I y II. Universidad Católica Andrés Bello. Caracas 2007. Rojas, Armando, La Huella de Alberto Adriani, Fundación Alberto Adriani, Caracas 1994. Rojas, Armando, Alberto Adriani, Textos Escogidos. Prólogo y bibliografía, Biblioteca Ayacucho, Caracas 1998. Sznietar Gabaldón, Miguel, El proyecto de cambio social de Alberto Adriani 1914-1936, Centro de Estudios del desarrollo (CENDES), Universidad Central de Venezuela, Caracas, 1998. * El autor es Politólogo y Diplomático, con postgrados en Economía y Relaciones Internacionales. ALBERTO ADRIANI VISIONARIO DEL ESTADO DEMOCRÁTICO
(A los 119 años de su nacimiento).
Román J. Duque Corredor
Luis Xavier Grisanti
Narciso Guaramato Parra[1] Corre el Año 1890, en Venezuela, a partir del mes de marzo gobierna Raimundo Andueza Palacio. En el país hay prosperidad económica, lo que atrae a un numeroso grupo de emigrantes europeos y en especial, gracias a vínculos comerciales establecidos, arriban a las costas venezolanas miles de italianos que van a contribuir con su esfuerzo al desarrollo nacional..
Es así que provenientes de la isla italiana de Elba llegaron al puerto de Maracaibo el matrimonio formado por Don José Adriani y Doña María Mazzei. A su arribo al país, parten hacia los Andes venezolanos para llegar a su destino final, el pueblo de Zea, el cual se encuentra cercano al límite occidental del Estado Mérida, a 98 kilómetros de la Capital y a 12 de Tovar en la vertiente derecha del río Escalante.
El Matrimonio Adriani Mazzei, son de mediana posición económica y amantes de la lectura y la buen música. En Zea, Don José va a desarrollar una intensa actividad agrícola.
En el año 1898, nace Alberto Adriani, quien desde tempana edad, demuestra haber heredado, de sus padres, un elevado interés por la lectura, a tal punto que a los 15 años le pide a su padre que le regale una imprenta. Regalo muy fuera de lo común, pero que Don José se apresta rápidamente a complacerlo, con la consecuencia de que el 15 de mayo de 1914, el pueblo de Zea ve nacer el periódico “El Impulso”. La información será el arma que siempre esgrimirá Adriani y que lo llevará a ser un comprador incansable de libros y revistas alrededor del mundo.
Ese mismo año Alberto, se dirige a Mérida, la capital, a culminar sus estudios de bachillerato, para posteriormente, en 1918, arribar a la ciudad de Caracas, para iniciar estudios de derecho en la Escuela de Ciencias Políticas de la Universidad Central de Venezuela, ubicada en santa Capilla. Desde un comienzo el joven Adriani causa buena impresión entre el cuerpo profesoral, pero en especial, en Dr. Esteban Gil Borges, Ministro de Relaciones Exteriores quien percibe en el joven, una gran inteligencia y sobre todo, madurez.
El Dr. Gil Borges invita al joven Adriani, de 22 años, a viajar a la ciudad de Ginebra, para que ejerciera la función de Cónsul General. Este viaje será de vital importancia en el desarrollo intelectual de Alberto Adriani. Por una parte realiza estudios de doctorado en economía y ciencias sociales, motivo por el cual es considerado el primer economista profesional del país, y por la otra entra en contacto con la Sociedad de Naciones, precursora de la actual Naciones Unidas, donde ejerce las funciones de secretario de la delegación Venezolana, Esta actividad le proporciona una visión bastante completa de los problemas mundiales.
El Dr. Rafael Armando Rojas[2] nos refiere de esta etapa en la vida de Adriani:
No creo equivocarme al afirmar que, hasta ese momento, ningún otro venezolano se había preparado de manera más sustantiva y sistemática en esta disciplina científica. No encontramos en otros compatriotas anteriores a Adriani un cuerpo de trabajos dedicados al estudio de los problemas económicos y sociales de Venezuela y demás países de América Latina. Pienso que con justicia debe considerársele como el iniciador de la ciencia económica en nuestro país[3]
Adriani permanecerá alrededor de 5 años en Ginebra para posteriormente, en 1925, pasar a Londres, donde desarrolla un papel fundamental en el rescate de los archivos del Precursor, General Francisco de Miranda. Posteriormente, en el año 1929, por invitación del Dr. Gil Borges -quien estaba exiliado, por no haber mencionado al Gral. Gómez durante la inauguración de una estatua a Bolívar en la Ciudad de Nueva York - se dirige a la ciudad de Washington, donde le ofrecen el cargo de primer jefe de la división de Cooperación Agrícola de la Unión Panamericana.
Este período internacional en la vida de Alberto Adriani, es de intensa actividad intelectual, donde realiza una gran diversidad de análisis que cubren un gran espectro de la problemática económica de Venezuela. La vida de Adriani fue enmarcada, casi en su totalidad, por la dictadura de Juan Vicente Gómez, de quien fue un crítico incansable. A los veinte años de edad escribe lo que piensa debería ser un programa de gobierno a la muerte de Gómez. En uno de los párrafos se lee, como visón de un futuro anhelado:
Una nueva faz de nuestro desarrollo, un nuevo camino empezaremos a transitar desde hoy: desaparecerá la tiranía, y con ella las obstrucciones que en toda hora entorpecieron nuestro desarrollo nacional.[4]
Todos los escritos del Dr. Adriani fueron realizados con su puño y letra, en numerosos cuadernos[5], que gracias a su hermano, el Dr. Albano Adriani (médico cirujano) han sido conservados para provecho de futuras generaciones.
En el año 1930, después de haber permanecido en el exterior. El Dr. Adriani regresa al país, a su pueblo de Zea, donde se dedica junto a su padre a las labores agrícolas. Sin embargo no abandona su labor intelectual, durante su estadía, la oficina de correo del pueblo se vio desbordada de revistas fijas y periódicos, folletos y libros de diversos lugares del planeta. Sus escritos del período, fueron numerosos y profundos, demostrando una metodología analítica desconocida para la época, y sobre todo promisorios. Adriani nunca escribió un libro para su publicación, pero sus trabajos fueron publicados en diarios y revistas de Venezuela y el extranjero.
Al cumplirse un año de la muerte de Alberto Adriani, sus amigos Arturo Uslar Pietri y Diego Nacerte Sardi recopilaron sus principales trabajos en libro titulado: “Labor Venezolanista”
Muerto Gómez, en el año 1936, el General Eleazar López Contreras, invita al joven intelectual, a formar parte del gabinete al frente del recién creado, Ministerio de Agricultura y Cría. Cargo hecho como traje a la medida de un hombre que siempre demostró un interés especial por los temas agrícolas. Para muestra tres de sus pensamientos:
No imponer la mendicidad obligatoria y trocar los agricultores en mendigos que agradecen la dádiva sino producir y saber que vamos a producir. Es lo que necesita la economía…[6]
No hay que dejar la tierra sin cultivos y no se debe permitir que falte el pan a los venezolanos[7].
En América, el desarrollo de la agricultura depende también de la difusión e la ciencia agrícola y de los organismos de investigación y experimentación. Sólo así podrán aquellos países hacer más económica y más productiva la explotación del suelo[8].
Escasos dos meses estuvo al frente de la cartera de Agricultura y Cría, pero en el corto lapso “organizó el crédito agrícola, convirtiéndolo en el mas eficiente instrumento de protección de nuestra agricultura. El Banco Agrícola y Pecuario dejó de ser un rutinario órgano oficial para el otorgamiento de créditos y cobro de acreencias, a veces en forma compulsiva. Fundó la revista “El Agricultor Venezolano”, para cuyo primer número escribió la nota editorial. Esta publicación se ha mantenido hasta el presente, ha prestado útiles informaciones a nuestros agricultores”[9].
El 29 de Abril de 1936 se le asigna la cartera de Hacienda. Llegados a este punto, ya podemos tener una visión sobre la personalidad del Dr. Alberto Adriani, proporcionado por un testigo de primera línea, compañero suyo en el Gabinete del Gral. López Contreras. El Dr. Arturo Uslar Pietri nos comenta:
Nunca podré olvidar la atmósfera de energía y de confianza que se respiraba en su presencia. Tenía la voz metálica y apresurada y cierta brusquedad en el tono que contrastaba con su afable naturaleza. Cuando comenzó a trabajar en la administración pública lo hizo como un hambriento. Quería multiplicar las horas y los días para rendir la labor que le había sido asignada por tantos años. Corrientemente pasaba diez y ocho horas en su mesa de trabajo.
Pertenecía a esa extraordinaria raza de hombres tónicos que en su presencia contagian una fiebre creadora. A su alrededor solo se veían gentes entregadas entusiastamente a su labor[10]
También fue muy corta su estadía en Hacienda, apenas 100 días, pero igual que en el Ministerio de Agricultura, su labor fue fructífera, “emprendió la reforma tributaria decididamente, implantando por primera vez en Venezuela el impuesto progresivo a las sucesiones, que establece un plan de igualdad para los contribuyentes; renovó la Ley e Arancel, que se acerca a una estructuración mas justa y mas científica de nuestros rendimientos aduaneros, beneficiando directamente a las clases pobres, protegiendo a la pequeña industria, castigando con aforos nacionales los artículos suntuarios y exonerando de impuestos al ultraje propio del artesano y del trabajador agrícola, y se le vio en las cámaras, defendiendo con su dialéctica hecha síntesis en la expresión numérica, su proyecto sobre la Ley Orgánica de la renta de Cigarrillos, hasta lograr en parte el triunfo de sus tesis”.[11]
Fue muy corto el período del Dr. Adriani en la Administración Pública, pero dejo honda huella por su capacidad de trabajo y por sus aportes al pensamiento económico venezolano. Llegó a ser costumbre que las personas al pasar, ya tarde en la noche frente al ministerio, podían observar encendida la luz del despacho ministerial.
El ámbito de estudio del Dr. Alberto Adriani, no solo abarcó el área agrícola o el ámbito fiscal. Adriani, visionario, manifestó sus temores del despilfarro de los ingresos petroleros, indicando que los mismos deberían invertirse en obras productivas.
En referencia a la política monetaria, fue el primero en señalar la conveniencia de un Banco central de Emisión:
Un banco Central de Emisión, para el cual se aprovechara nuestra propia experiencia y la de otros países, y que siguiera los mejores modelos, podría dar mayor solidez, y al mismo tiempo mayor flexibilidad a nuestro sistema monetario, y permitir la unidad y la efectividad del control sobre la tasa de descuento y sobre nuestro cambio[12].
Aun cuando nuestro plan no requiere necesariamente la reforma de nuestro sistema bancario, creo que debería aprovecharse esta coyuntura para transformarlo, creando un Banco Central y reglamentando los Bancos de comercio de acuerdo con ciertas normas que la experiencia ha consagrado.
El Banco Central es hoy considerado como elemento indispensable, de una sana y eficaz circulación monetaria y de un buen sistema de crédito. La Conferencia de Bruselas e 1920 aprobó una resolución incitando a los países que no lo tuvieron a establecerlo.[13]
Por lo tanto muchos lo consideran el promotor principal de la creación del Banco Central de Venezuela, Institución que sería organizado por su buen amigo y compañero, Manuel Egaña. Finalmente en este breve recorrido hay que indicar que el Dr. Adriani fue, una vez más, el primero en señalar el fin el liberalismo económico, señalando la importancia que debe tener el gasto público en el desarrollo económico del país.
El Dr. Alberto Adriani, fue paradigma de honestidad y transparencia en el ejercicio de la función pública, al respecto, el nos comenta:
No estoy aquí por intereses personales, ni por conveniencias egoístas, sino por que creo que puedo ser útil. Cuando están en juego intereses nacionales no me arredran las responsabilidades. No me contendrían murmuraciones, enemistades, ni calumnias. Estoy dispuesto a cumplir íntegramente lo que creo mi deber[14].
En estas líneas Adriani demuestra que a pesar de ser hijo de emigrantes italianos puede querer a la patria tanto o más que cualquiera. Demuestra que para ser patriota no hace falta mostrar actos heroicos de guerra.
El sábado 8 de agosto de 1936, después de haber trabajado hasta tarde, como era su costumbre, el Dr. Adriani se dirigió al Hotel Majestic, donde estaba alojado, no se le volvió a ver, sino hasta que fue encontrado muerto en su habitación en la mañana del lunes 10 de agosto.
Solo vivió 38 años, y su actividad pública solamente se desarrolló en pocos meses del año 1936, pero su impacto en el pensamiento económico venezolano fue total. Alberto Adriani fue, en su época, el único venezolano que en el área de la ciencia económica, se preparó de manera orgánica y sistemática. Hombres tan importantes en la vida económica del país como lo fueron Arturo Uslar Pietri y Manuel Egaña, manifestaron su admiración e influencia por el pensamiento de Adriani, el cual aún continua vigente.
Sirva este sencillo y humilde homenaje del Núcleo de Economistas del Banco Central de Venezuela de estímulo para que las nuevas generaciones de economistas del país rescaten los principios y valores de este gran economista venezolano, El Dr. Alberto Adriani.
BIBLIOGRAFIA
- “Alberto Adriani Textos escogidos”. Biblioteca Ayacucho. Nº 217. Caracas. 1998. - “Alberto Adriani en el centenario de su nacimiento – Discursos -”. Fundación Alberto Adriani. Caracas. 2000 - “Diccionario de Historia de Venezuela”. Segunda Edición. Fundación Polar. Caracas. 1997. - ADRIANI, ALBERTO. “Labor Venezolanista, Venezuela, La Crisis y Los Câmbios”. Sexta Edición. Academia de Ciencias económicas. Caracas. 1989. - CORDERO CEBALLOS, J.J. “Entrevista a Alberto Adriani”. Fundación Alberto Adriani. Caracas, 2000 - MENDEZ SERENO, HERMINIA. “5 Siglos de Historia de Venezuela, desde 1942 hasta 1998. Segunda edición ampliada. José Agustin Catalá editor. El Centauro, ediciones. Caracas, 1998. - ROJAS PEREZ, ANTONIO. “Alberto Adriani Estímulo de la Juventud”. Tercera edición. Caracas. 1991 [1] Presidente del Núcleo de Economistas del Banco Central de Venezuela y de la Fundación Núcleo de Economistas de Venezuela. [2] Individuo de Número de la Academia Nacional de la Historia. [3] Discurso pronunciado en el paraninfo de las Academias el 18 de junio de 1998. publicado en “Alberto Adriani en el Centenario de su nacimiento”. Fundación Alberto Adriani. Caracas. 2000. p.57 [4] ALBERTO ADRIANO TEXTOS ESCOGIDOS. “Un programa de gobierno”. Biblioteca Ayacucho Nº 217. Caracas. 1998. p.16 [5] Los papeles conservados están conformados por veinticuatro gruesos cuadernos y libretas, un modesto cuaderno escolar, de sus años adolescentes en Zea, varias carpetas con sus cartas y un paquete de fotografías [6] Adriani, Alberto. “Labor Venezonalista, Venezuela, la crisis y los cambios”, Sexta edición. Academia Nacional de Ciencias Económicas. p.181. [7] Referido por Antonio Rojas Pérez en “Alberto Adriani Estímulo de la Juventud”. Tercera edición. Caracas 1991. p.116. [8] ALBERTO ADRIANO TEXTOS ESCOGIDOS. “la colaboración agrícola Interamericana” Biblioteca Ayacucho Nº 217. Caracas. 1998. p.115 [9] Rojas, Rafael Armando. Ob.cit. p.64 [10] Uslar Pietro, Arturo. Introducción de la primera edición del “Labor Venezolanista”.Ob.cit. p.8. [11] Consalvi, Simón Alberto. Discurso pronunciado en la sesión conjunta de la Asamblea Legislativa del Estado Mérida y de los consejos Municipales de Zea, Alberto Adriani (El Vigía) y de Tovar con motivo d la celebración del centenario del nacimiento del Dr. Alberto Adriani, en Zea el 14 de junio de 1998. Texto recogido en la publicación:”Alberto Adriani en el centenario de su nacimiento”. Fundación Alberto Adriani, Venezuela, 2000. p.37 [12] Adriani, Alberto. Ob.cit. p. 302 [13] ALBERTO ADRIANO TEXTOS ESCOGIDOS. “El dilema de nuestra moneda y la situación económica venezolana” Biblioteca Ayacucho Nº 217. Caracas. 1998. p.290 [14] Ibíd., p.10
ROMÁN DUQUE
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