"La tierra que dio a Bolívar, Bello, Miranda, Sucre, y tantos hombres superiores, está llamada a grandes destinos y no equivocará esta vez su camino. El pueblo Venezolano demostrará que tiene mejor sentido que estos vendedores de humo y falsos profetas, que habrán perdido el tiempo, que nunca pudieron ni supieron utilizar con provecho"  

ALBERTO ADRIANI

 

 

                              

 

        

 

           

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Creada el 14 de Abril de 1.991

 

RIF: J-30104177-1

 

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César Prieto Oberto: Alberto Adriani y el petróleo en Venezuela

 

 

 

 

REPÚBLICA BOLIVARIANA DE VENEZUELA

UNIVERSIDAD DEL ZULIA

FACULTAD DE CIENCIAS ECONÓMICAS Y SOCIALES

CENTRO SOCIOECONÓMICO DEL PETRÓLEO Y ENERGÍAS ALTERNATIVAS

DIVISIÓN DE ESTUDIOS PARA GRADUADOS

EDUCACIÓN CONTINUA

SEMINARIO

“El petróleo en el pensamiento venezolano”

Facilitador: Dr. Antonio Tinoco

ESQUEMA DEL ENSAYO SOBRE AUTOR

 

TÍTULO 

INTRODUCCIÓN

 

CONTEXTO (HISTÓRICO, POLÍTICO-IDEOLÓGICO, SOCIOCULTURAL, ECONÓMICO)

 

BIOGRAFÍA (VIDA Y OBRA)

-  Formación intelectual

- Obras publicadas

- Reconocimientos

- Áreas de interés

 

CARACTERIZACIÓN DE SU PENSAMIENTO

- Fases o etapas de su pensamiento

- Escuela de pensamiento en donde se ubica

- Aportes sobre conceptos y teorías fundamentales

 

ANÁLISIS, INTERPRETACIÓN, ESTUDIO DE SU OBRA

- Concepción del petróleo

- Visión del petróleo (negativa o positiva)

- Actualidad (o vigencia) de su pensamiento

- Enseñanza para la posteridad (explícito o tácito)

- Originalidad de su pensamiento

 

CONCLUSIONES (CONSIDERACIONES FINALES, REFLEXIONES FINALES)

 

REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS

 ENSAYO

Alberto Adriani y el petróleo en Venezuela

(14.06.1898 10.08.1936)

Alberto Adriani plantea la necesidad, frente a la expansión del capital internacional, y de la prosperidad que traía consigo, de que los ingresos petroleros fueran aprovechados, planificadamente, para edificar las bases permanentes  de la economía nacional. Esas bases permanentes, y así lo reiteró en numerosas ocasiones, no eran otras que las agrícolas. Proveniente de una familia de inmigrantes italianos que se dedicaron a las labores del campo, era natural que su pensamiento se orientara en tal sentido, aún con la universalidad del pensamiento que había cultivado en Europa y América del Norte. Este planteamiento esboza  el primer modelo de uso consciente de los ingresos petroleros, y prefigura la proposición de Uslar Pietri sintetizada en el célebre apotegma deSembrar el Petróleo.

Sin embargo, Adriani siempre hizo énfasis en la imperiosa necesidad de una Venezuela basada en un capitalismo agrícola, tal como lo manifestara en escritos publicados en febrero de 1936, meses antes de su fallecimiento, negando, simultáneamente, la posibilidad de que el Proyecto de Nación que diseñó en sus escritos, se estableciera sobre la base de la producción petrolera. Es que conceptualizó el petróleo como actividad minera, y por tanto: precaria, agotable  y perecedera, por lo que rechazaba la posibilidad de que a partir de él  se estableciera un Proyecto de desarrollo permanente, sólido, imperecedero, lo que podría hacerse en la agricultura (Szinétar, 1998: 184).

En consecuencia, Adriani tomó en cuenta el petróleo, aunque no le asignó la relevancia que cobró posteriormente. Hay que considerar el momento histórico en que Adriani concibió su Proyecto de Cambio Social, un período de 18 años: 1918 1936; sus ideas iniciales sobre el petróleo las esbozó en 1926.

        Origen, estudios y formación intelectual de Alberto Adriani

Hijo de inmigrantes italianos llegados a Venezuela en 1992 por el puerto de Maracaibo, la familia se estableció en Zea en 1994 dedicándose a la agricultura. Alberto Rómulo Adriani Mazzei, su nombre de bautismo, nació en Zea, Mérida, el 14 de junio de 1898, y murió en Caracas el 10 de agosto de 1936, por lo que en 2013 se cumplirán 77 años de su desaparición física. Estudió primaria e inició el bachillerato en su pueblo natal, y culminó la secundaria en el Liceo de la Universidad de Los Andes. En este momento, según manifiestan sus biógrafos, ya leía en español, francés, inglés e italiano. Desde marzo de 1917 hasta marzo de 1921 se radicó en Caracas donde inició estudios de Derecho en la Escuela de Ciencias Políticas, llegando a aprobar todas las asignaturas de la carrera de Derecho, aunque no se graduó de Abogado.

En julio de 1920 empezó a trabajar en la Cancillería en Caracas y, en marzo de 1921, viajó a los EE.UU. en misión diplomática con motivo de la inauguración de la estatua ecuestre de El Libertador en el Parque Central de Nueva York. Luego de este acto, viajó a Ginebra, Suiza, en virtud de haber sido designado cónsul de Venezuela en esa ciudad; allí se radicó e ingresó, ese mismo año, a la Universidad de Géneve y comenzó a asistir regularmente a las clases de la Facultad de Ciencias Económicas y Sociales. En abril de   1925, terminó los  cursos en la Universidad. El 16 del mismo mes recibe el título de Licencié es Sciencies Sociales de la Facultad de Ciencias Económicas y Sociales. La cual ofrecía tres tipos de licenciatura en Ciencias Sociales: la general, la licenciatura con mención en Economía Política, y la licenciatura con mención en Educación. Adriani obtuvo la Licenciatura General (Université de Genéve, Faculté de Sciencies Economiques et Sociales. El 11 de mayo de 1925, Adriani presentó  su proyecto de tesis para el Doctorado en Sociología: L'Amerique Latine et le probleme de l'emigratione. El 25 de mayo la Facultad aceptó el proyecto presentado. Adriani no terminó la tesis doctoral. Terminada su licenciatura, y presentado su proyecto de tesis doctoral, se trasladó a Londres en agosto de 1925 para continuar, financiado por sus padres, sus estudios.

 

El Proyecto de Cambio Social de Alberto Adriani

Una elevada proporción de venezolanos, en especial de las nuevas generaciones, desconoce quién fue Alberto Adriani, pese a que varios municipios, bibliotecas, plazas, promociones de economistas, algunas tesis de grado de venezolanos, la principal condecoración de la Federación de Colegios de Economistas de  Venezuela, llevan su nombre. De allí nuestro interés por dar a conocer algunos de los rasgos más importantes de su vida.

La Tesis para optar al Grado de Doctor en Estudios del Desarrollo, del Economista Miguel Szinetàr Gabaldòn en el Cendes de la UCV, nos proporciona lo fundamental de este trabajo. El Proyecto de Cambio Social de Alberto Adriani para Venezuela, cuyo propósito es cambiar la sociedad venezolana, es lo principal de su obra y está contenido en sus escritos iniciados en 1914, hasta 1936.  El mismo atraviesa por tres momentos básicos, correspondiente cada uno a diferentes etapas, desde el contexto geohistòrico, hasta sus niveles de avance en su preparación intelectual, científica y política.

Su primera formulación data del período 1914 1918, coincidente con su culminación de estudios de secundaria e inicios de su formación universitaria, contenido en sus inéditosCuadernos de composiciones yA los venezolanos, un período histórico caracterizado por la consolidación política de la dictadura gomecista, cuando se inicia en 1917 la explotación comercial del petróleo, y la transformación de una sociedad rural que superaba el 80 por ciento de la  población venezolana, con una dependencia casi absoluta en lo económico de la producción agropecuaria. En esta primera formulación se encuentra contenido un esquema básico de acción destinada al cambio social venezolano, que Adriani continuará desarrollando, como parte central de su obra escrita, en el transcurso de su vida intelectual y política.

El primer esquema se resume así: concibe el cambio social en general como un movimiento histórico espontáneo, progresivo, lineal y evolutivo de la humanidad, para lograr tres fines primordiales: el desarrollo, el progreso material y moral, y la civilización, ya alcanzados por EEUU y algunos países avanzados de Europa Occidental.

En el caso venezolano, el gobierno que sustituiría al régimen gomecista crearía el marco de libertades imprescindibles para la acción de la iniciativa privada, no sería interventor y su campo sería residual, aquél donde la acción privada no llegara. Se valdría, como medios para implementar su acción de cambio, esencialmente a las políticas de inmigración con el objetivo de mejorar la  raza venezolana que, según su opinión, estaba corrompida, depravada, por el olvido de las virtudes republicanas mediante la mezcla con razas europeas. Y las de educación o instrucción para constituir la base del adelanto del país. Esas expresiones configuran uno de los matices de su pensamiento social: Adriani era un hombre que no comulgaba con la redención de los pueblos mestizos, aunque consideraba que la educación y el trabajo eran las bases de la superación de los pueblos.

 Sembrar el petróleo ¿Adriani?, ¿Uslar?

Una longeva discusión pervive en el imaginario colectivo venezolano en torno a la paternidad de la expresión:Sembrar el petróleo. ¿Corresponde la feliz frase al primer gran economista venezolano de padres italianos, nacido en Zea, Mérida, Alberto Adriani Mazzei? ¿O al eximio y laureado escritor Arturo Uslar Pietri?

Puede considerarse que el resultado de tal disputa es un empate, unas tablas para decirlo en el argot pugilístico. Esto se deja claro en el presente estudio. Es interesante, al menos para los estudiosos de la historia económica de Venezuela, conocer el pensamiento de Adriani expresado a lo largo de sus Tres Propuestas de Cambio Social. No debe olvidarse que su formación académica y científica se labró en Suiza, Italia, Inglaterra y EE.UU, siendo, además, Secretario de la Delegación de Venezuela en la Tercera, Cuarta, Quinta y Sexta Asambleas de la Sociedad de las Naciones, entre 1923 y 1926, antecesora de la ONU.

En su Tercera Formulación (1926 1935), Adriani maneja el Proyecto de Cambio como la creación en el continente suramericano de una nueva civilización de base racial más avanzada, concibiendo a Latinoamérica1935- , como matriz de una nueva raza y una nueva civilización. Este mismo año recomiendaque los ingresos petroleros fueran aprovechados, planificadamente, para edificar las bases permanentes (agrícolas) de la economía nacional.

Arturo Uslar Pietri, en tanto, un mes antes de la muerte de Adriani, el 14 de julio de 1936, escribió un artículo que terminaba asì:Si hubiéramos de proponer una divisa para nuestra política económica lanzaríamos la siguiente, que nos parece resumir dramáticamente esa necesidad de invertir la riqueza producida por el sistema destructivo de la mina, en crear riqueza agrícola, reproductiva y progresiva: sembrar el petróleo.

Ya en su Segunda Formulación, elaborada entre 1918 y 1925, había iniciado su reflexión sobre el hecho nacional,  y particularmente acerca de la posibilidad de la creación de una nación latinoamericana. Su Proyecto se perfila, así, como un Proyecto Nacional en un doble sentido: Un Proyecto Nacional Venezolano, y un Proyecto Nacional Latinoamericano, considerado este espacio como una sola nación. Como proceso, Adriani plantea la necesidad de transitar una etapa intermedia de formación de las nacionalidades. Como proyecto, sugiere la necesidad de crear un conjunto de ideas que guíen a la comunidad en la construcción de su futuro. A ello se dirige su concepción programática (Szinetàr, 1998).

Adriani piensa en una gran nación que tutele al mundo, que sea la policía del mundo, al tiempo que adversa la estrechez de los nacionalismos regionales, pero los justifica como vía transitoria para contrarrestar los efectos  disolventes que aparejaría el proceso de integración de la gran nación latinoamericana.  

Adriani y el petróleo en la economía venezolana. Aspectos favorables y desfavorables: décadas de 1920 y 1930

Compenetrado, gracias a sus estudios, de la importancia que el petróleo venezolano tenía en la expansión del capitalismo internacional, ya en pleno proceso, y que constituía un factor estratégico de primer orden, comprendió que la explotación petrolera en el Zulia y en las riberas del río Orinoco  eran ya codiciados en extremo por los capitales ingleses y norteamericanos, tal como lo manifestó en sus escritos publicados bajo el título Labor Venezolanista (1984:173).  Afirmó estar seguro que, dadas las condiciones de prolongada paz política de Venezuela bajo el régimen de Gómez, al cual sirvió con fidelidad, un importante sector del capital sobrante estadounidense vendría cada vez con mayor profusión al país, dada la lógica natural de la acumulación capitalista. Ya había manifestado, a principios de la década de 1930, que el petróleo estaba causando un fuerte impacto en la economía y la sociedad venezolana. Su apreciación era doble: por un lado que el petróleo, entendido como proceso, tenía aspectos favorables (op.cit.295), ya que había traido prosperidad económica debido a los ingresos petroleros derivados de las concesiones, las regalías, los impuestos y los gastos de explotación (op.cit.:295) . Además, estuvo consciente que, durante los años anteriores a la Gran Depresión, 1929-1933, la producción venezolana se había acrecentado, con importantes aumentos del precio del café  y otros productos de exportación, lo que se tradujo en un balance positivo de la balanza comercial venezolana, hecho éste que le permitió a Venezuela afrontar la crisis mundial en condiciones favorables. Ello, según Adriani, debido al desarrollo de la industria petrolera que, aunque incipiente, permitió la solidez de la economía venezolana, que presentaba una situación financiera satisfactoria. El hecho financiero presentaba, además, que la nación no contrajo deudas y había pagado la totalidad de la deuda que se arrastraba desde el siglo XIX.

El desarrollo de la I Guerra Mundial hizo ver a Adriani que la importancia del petróleo, en vez de reducirse, se acrecentaba vertiginosamente y que redundaba en aspectos favorables para la nación, lo que lo llevó a afirmar:

En 1929 el petróleo compuso el 75% del valor y el 99,2% del quántum de nuestras exportaciones. En el año que va de julio 1932 a junio de 1933, el mismo producto compuso el 86% del valor y el 99,4% del tráfico de nuestras exportaciones. En el tráfico de cabotaje, .. compuso en 1929 el 28% del valor y el 92% del quántum. Ven el año julio 1932 junio 1933 fueron 33,5% y 90%, respectivamente (op.cit.330).

 

En síntesis, Adriani sostenía sobre el petróleo que era: “...un producto de primera importancia en nuestra economía nacional, como elemento de la balanza de comercio y de la balanza de pagos, como fuente de ingresos fiscales y como elemento de vida de algunas regiones venezolanas” (op.cit:330).

 

Sin embargo, en su consideración el petróleo contenía, aun con los aspectos favorables expuestos, valoraciones adversas en otros de sus aspectos al valorarlo como un recurso minero similar a otros como el oro (op.cit.:146), a la vez que a los campos petroleros como minas y a la industria petrolera como extractiva (op. cit.103, 187). Estas son identificaciones que mantiene Adriani a lo largo de toda su obra, y provienen de su concepción del hecho económico originada esencialmente en loa geografía humana, disciplina a la que había dedicado estudios bastante meticulosos.

Un comentario se merece la consideración del petróleo como un recurso minero, como una mina. Y es que lo incluye en la categoría de las economías destructivas. Por ello afirmará que, como todas las industrias mineras, era una explotación destructiva, es decir, devastadora, tal como lo expresaban algunos economistas alemanes, en los cuales se inspiró en muchos de sus ensayos.

Considera, además, que el petróleo era una industria precaria, un factor perecedero de prosperidad, cuya explotación no haría sino aproximar el día final de su agotamiento (Szinétar: 95).

El hecho de su identificación del petróleo con una actividad destructiva, devastadora, precaria y perecedera, lo llevó a expresar que, cuando -como consecuencia de la destrucción y el agotamiento- se terminaran los yacimientos, las regiones petroleras volverían, como en el caso mexicano, y si entre tanto no desarrollaban otras fuentes de riqueza, a convertirse en desiertos, y el petroleo dejaría un vacío enorme en la organización económica (Adriani,1984:335). En esa línea de pensamiento, afirmó que cuando el petróleo se agotara, lo cual sucedería en un plazo que no tenía que ser muy prolongado, habría que “...desmovilizar esta industria y sus conexas, y el país tendría que soportar los perjuicios y pagar los gastos que implique tal desmovilización...” Fundamentado en esta afirmación, Adriani sostenía que la industria petrolera venezolana era “...desde el punto de vista económico, una provincia extranjera enclavada en nuestro territorio.

Adriani reconoció la importancia del petróleo en la vida socioeconómica del país, pese a su calificación de enclave extranjero. Le molestaba la pérdida del control nacional sobre la actividad, que se traducía en que una proporción demasiado importante del valor de las exportaciones petroleras se quedaran fuera del país para “...satisfacer rentas de capitales extranjeros invertidos, maquinarias y aprovisionamientos extranjeros, fletes de navíos extranjeros, altos empleados extranjeros...” Otro de los aspectos que le preocupaba era el cese de explotaciones tradicionales abandonadas que dejaban sin trabajo a miles de venezolanos, con el agravante de sumir en crisis ricas regiones. Su razonamiento le llevó a considerar un atropello el control extranjero que permitía, como era el caso del precio de la gasolina, que las compañías vendieran sus productos a precios mayores de los que obtenían en el extranjero (Szinetár: 96).

Otro de los aspectos desfavorables del petróleo en que insistió, fue el hecho de que había generado y seguiría generando una gran demanda de trabajo que, por una parte, absorbía crecientemente mano de obra de la agricultura, constituyéndose en un factor de su decadencia, y por otra, estimularía los flujos de inmigración norteamericana aumentando los peligros de convertirnos en una colonia de explotación (Adriani, 1984: 165).

Los acuciosos estudios de Adriani le llevaron a señalar el doble carácter del petróleo, el favorable y el adverso, lo que determinó su posición en su Proyecto de Cambio como parte del plan económico, estatal, de la nación.  Su convencimiento del petróleo como actividad destructiva, perecedera y extranjera, le llevaron a inferir la imposibilidad de considerarlo como base sólida, estable  permanente de un desarrollo a largo plazo. Ello lo lleva a sentenciar que: “El petróleo...no tiene derecho, ni es conveniente dárselo, a la preponderancia absoluta sobre todos los demás elementos de nuestra organización económica” (Adriani, 1984: 335).

Al descartar al petróleo como actividad preponderante de la actividad económica de Venezuela, Adriani se afirma en la agricultura, que concebía como fuente permanente, perdurable, de riqueza.

No es que no le diera importancia al petróleo; al contrario, tenía la convicción, ya en 1926, que, ante la expansión inevitable del capital norteamericano en Venezuela, dijo: “Es oportuno que estudiemos la mejor manera de aprovechar...la prosperidad, que podría ser pasajera, traída por el auge de nuestras industrias extractivas, con el designio de edificar las bases de nuestra prosperidad permanente” (op.cit: 103).

 

Aun cuando Adriani le atribuía al petróleo un carácter pasajero de prosperidad en el país, esto no excluía la importancia de su explotación como importante factor de cambio.

 

Por ello, era partidario de, y así lo expuso en sus argumentos oficiales, de utilizarlo, de aprovecharlo, mientras existiera. No lo colocó jamás en una posición preponderante, le asignó la función significativa de servir de medio para edificar las bases de la prosperidad estable u duradera , ésta sí, no pasajera: permanente ((Szinetár, 1998: 97).

 

Al vincular orgánicamente en su proyecto global al conjunto de la economía y la sociedad venezolana, Adriani  señala expresamente que debe hacerse “...a través del plan económico, que garantizaría que las empresas extranjeras llevarían a cabo su explotación bajo control estatal y al servicio de los intereses nacionales...” (op.cit: 97)

El aprovechamiento del petróleo debería ser, pues, planificado, encuadrado en las líneas maestras del plan estatal. Debería garantizar la soberanía del Estado nacional, y preparar las condiciones para una eventual independencia con respecto al mismo petróleo. Utilizar el petróleo para independizarse del petróleo desarrollando fuentes alternativas de riqueza es, pues, una idea de Adriani que tendría en el futuro, como muchas otras de él, especial fortuna. (op,cit: 97).

 

Así esboza Adriani su primer modelo consciente y deliberado del petróleo, en función del desarrollo económico capitalista e independiente de Venezuela. Y es que, además de concebirlo como instrumento esencial aunque transitorio para levantar las bases económicas permanentes de la nación, lo pensó como un medio para fortalecer los ingresos fiscales que permitirían apalancar su progreso.

Debe acotarse aquí que Adriani tuvo que confrontar posiciones adversas de algunos funcionarios oficiales, tal es el caso del prestigioso hombre público Vicente Lecuna, quien en 1934 le enfrentó por su posición de devaluar el bolívar. El razonamiento de Lecuna lo expone Szinetár (1992: 32-41)

 

Señalaba Lecuna, con razón, que la baja del bolívar beneficiaría a las compañías petroleras y perjudicaría al país, pues se traduciría en una disminución de los ingresos petroleros (por concepto de gastos internos de las compañías y de impuestos al Estado, que se efectuaban en bolívares) y por ende, del comercio de importación y de los ingresos fiscales. Adriani convino con Lecuna en que, efectivamente, la reducción de los ingresos petroleros podría tener lugar con la devaluación, “primero, en virtud de la disminución temporal de los gastos de explotación, en particular, de los salarios y servicios; y segundo, por virtud de la reducción de los impuestos específicos (Adriani, 1984:  334).

 

Es pertinente señalar que, aun cuando Adriani comprendió cabalmente el razonamiento de Lecuna, ello no lo condujo a aprobar su valorización por considerar que ésta se convertiría en un obstáculo insuperable para el desarrollo competitivo del sector agrícola, que para él significaba el motor estratégico fundamental de la economía nacional. Y, al no aceptar tal valorización como mecanismo de captación de ingreso petrolero, no significa que no haya previsto otras alternativas para obtenerlo, para lo cual planteó una reforma tributaria (op.cit:98). Decía Adriani:

 

...vamos a suponer lo peor. Demos por sentado que todos los impuestos sobre el petróleo son específicos y que la baja del bolívar traiga necesariamente la reducción de todas las entradas provenientes del petróleo. En este caso, se haría imperativa la reforma de las Leyes de Minas y de Hidrocarburos (op.cit: 334).

 

Consciente de la realidad de las relaciones del gobierno gomecista, al cual servía, con las compañías petroleras transnacionales, por la reforma que proponía no era cosa fácil, escribió, sin embargo: “ ...un Estado que se respete puede y debe establecer los impuestos que se hagan indispensables. El Estado...puede hacerlo, sin dar lugar a objeciones (op.cit: 335).

Es claro, en consecuencia, que Adriani tiene muy presente en su Proyecto de Cambio Social, al petróleo en cuanto pueda ser un medio aprovechable, tanto en el corto como en el mediano plazo, para el desarrollo de la base económica, como en el sentido de fuente de ingresos fiscales. Por supuesto que llama la atención el hecho de que se hubiera opuesto al mecanismo de la valorización, pero su actitud demuestra que ello no era obstáculo para proponer otros mecanismos para la obtención de ingresos, que no era otro que el tributario.

Así, Adriani plasma en sus escritos una política que, en lo cambiario, garantizaba la inserción competitiva de la agricultura en el mercado mundial, y en lo tributario, permitiría incrementar los ingresos petroleros, a la vez que apuntalaba la soberanía del Estado en su Proyecto de desarrollo.

Por supuesto que en el panorama político de sumisión a las transnacionales propio de la época gomecista, esta proposición de Adriani no fue atendida. Una vez más, como había sucedido con las sucesivas propuestas de Gumersindo Torres en 1920 y en 1928, los múltiples intereses vinculados al mecanismo de la valoración se impusieron. Vino a ser en 1942 y 1943, seis y siete años después de su desaparición física, cuando una nueva Ley de Impuesto sobre la Renta y Ley de Minas e Hidrocarburos, respectivamente, cuando se atendió su propuesta, y se plasmara la recaudación tributaria como mecanismo principal de obtención de ingresos petroleros por el Estado.

Hasta entonces, la captación y distribución del ingreso petrolero no se hacía de manera planificada y en función de objetivos y metas definidas. Es cierto que el ingreso petrolero permitió de alguna manera la modernización de algunos sectores, lo cual se hizo de manera arbitraria. Fue Adriani quien inició la crítica a este modelo implícito del uso de los ingresos petroleros, pese a reconocer algunos hechos positivos como el pago de la deuda externa e interna, los subsidios a los agricultores, el inicio del sistema de carreteras, etc., aunque valora negativamente otros. En 1931, al criticar el uso que se le había al superávit de la balanza de pagos que de manera recurrente se había dado en los años inmediatamente anteriores determinado por los fuertes ingresos petroleros, afirma:

 

...puede afirmarse que fue mucho mayor la parte que se empleó en consumo inmediato, y en inversiones, más propias para aumentar los gastos futuros que la futura prosperidad del país Muchos de los beneficios por los años de prosperidad y otros por seguir su ejemplo fueron los constructores de lujosas mansiones, los pródigos viajeros de los viajes de placer, los consumidores de automóviles, victrolas, licores, sedas, prendas, perfumes y otros artículos de lujo (op.cit: 296-297).

 

A ese modelo implícito Adriani contrapuso uno explícito, al proponer uno explícito, consciente, deliberado, planificado, de los ingresos estatales causados por el petróleo. La misma es la que va a servir, poco tiempo después, a Arturo Uslar Pietri, a partir de 1936, a asumir su propuesta de “siembra del petróleo”, asumido progresivamente por el Estado venezolano a través de diversas versiones sin llegar a concretarse en planes reales de uso de los recursos petroleros a lo largo de más de 70 años. Viene a ser ahora, en pleno siglo XXI, cuando existen programas explícitos, concretos, de la aplicación de ese principio, que de aplicarse de manera sistemática y sostenida, veremos sus resultados dentro en el lapso de menos de una generación.

Es así como Uslar Pietri tomó en consideración las observaciones hechas por Adriani así:

1. Que la producción agrícola y pecuaria tradicional venezolana sólo no había aumentado, sino que mostraba tendencia a disminuir:

 

La riqueza del suelo entre nosotros no sólo no aumenta, sino que tiende a desaparecer. Nuestra producción agrícola decae en cantidad y calidad de un modo alarmante. Nuestros escasos frutos de exportación se han visto arrebatar el sitio en los mercados internacionales por competidores más activos y hábiles. Nuestra ganadería degenera (Suárez Figueroa, 1977: 163-164).

 

2.        Que gran parte de los recursos de que disponíamos procedían de actividades destructivas. Entre estas actividades, Uslar, al igual que Adriani, destacaba las de la minería y el petróleo:

 

Cuando se considera con algún detenimiento el panorama económico y financiero de Venezuela, se hace angustiosa la noción de la gran parte de la economía destructiva en la producción de nuestra riqueza, es decir, de aquella que consume sin preocuparse de mantener ni de reconstruir las cantidades existentes de materia y energía...(op.cit: 163).

 

3.        El carácter dependiente del extranjero de la economía petrolera:

 

La riqueza pública venezolana reposa en la actualidad...sobre el aprovechamiento destructor de los yacimientos del subsuelo,...productividad que depende por entero de factores y voluntades ajenos a la economía nacional (op.cit: 163).

 

Las observaciones anteriores son el fundamento para que Uslar, en consecuencia, considere la urgencia de:

 

...aprovechar la riqueza transitoria de la actual economía destructiva para crear las bases sanas y amplias y coordinadas de esa futura economía progresiva que será nuestra verdadera acta de independencia.

 

Se observa así, en las propuestas anteriores, que Uslar sigue estrechamente el camino indicado por Alberto Adriani y, puede decirse, que es una paráfrasis de éste. Se entiende entonces que la propuesta de Uslar P., de desarrollar una economía “progresiva” puede leerse como reproductiva y renovable que pudiera crecer y progresar con el país (Uslar, 1966: 52), y es, en lo esencial, similar a la que hizo Adriani. Puede concluirse, en consecuencia, que la proposición de sembrar el petróleo estaba, en lo fundamental, implícita desde 1926 en la obra de Adriani, por lo que el apotegma de Uslar, de “sembrar el petróleo”, tuvo el mérito de sistematizarla, hacerla explícita y sintetizarla, lanzándola a la consideración y al debate del país, permitiendo que se convirtiera -hasta hoy- en la “consigna fundamental del progreso venezolano” (Uslar Pietri, 1966: 62).

La vinculación de la tesis de sembrar el petróleo con el pensamiento de Adriani, ha sido reconocida por el propio Uslar Pietri. En 1961, defendiendo su paternidad de la famosa frase, frente a quienes se la atribuían a otros, entre ellos a Adriani, Uslar Pietri escribió:

 

A quien con más frecuencia se ha atribuido la paternidad ha sido a Adriani...La idea que expresaba la frase coincidía en muchos puntos con sus maneras de entender las vías del desarrollo económico venezolano (op.cit: 55).

 

La proposición de Adriani se diferenciaba  en un punto importante de la de Uslar. Adriani propone, a diferencia de aquél, que el aprovechamiento del petróleo se diera, no sólo a través de la participación maximizada del Estado en el negocio petrolero, sino, también, enmarcado en las líneas maestras de una racionalidad superior, la del plan económico estatal (Szinetár, 1998: 101).

 La obra escrita de Alberto Adriani

Alberto Adriani, que empezó a escribir siendo apenas un adolescente en 1914, fue producida, a lo largo de 22 años, en diferentes lugares y en las más diversas circunstancias, ha sido dividida por sus biógrafos, para mayor accesibilidad, en dos grandes grupos L la de difícil acceso, y las publicaciones accesibles. La de difícil acceso está conformada por aquella parte de su correspondencia que aun se conserva  y no ha sido publicada, y por 21 libretas y centenares de hojas sueltas, contentivas de notas, resúmenes de libros y bosquejos de artículos y ensayos.

La obra de Adriani  actualmente accesible, que se utiliza en bibliotecas y archivos consta, básicamente, además de la correspondencia publicada, de 109 textos: 55 permanecen aun inéditos y 54 han sido editados. Los textos inéditos pertenecen a dos manuscritos conservados en el archivo de Adriani, que han sido localizados por algunos de sus biógrafos y han sido transcritos para su publicación.

Se incluyen en este trabajo, tanto por razones de espacio como por su importancia, solo algunos trabajos seleccionados por este autor.

 1. Textos del primer tomo empastado escritos en Europa

 a)   El porvenir de la América, 11 de agosto de 1921.

b)   A la memoria de Leopoldo Ortega Lima, 12 de agosto de 1921.

c)   El porvenir de la América, 14 de agosto de 1921.

d)   La cuestión de raza y las revoluciones en Hispanoamérica, 19 de agosto de 1921.

e)   La concepción política del porvenir, 26 de agosto de 1921.

f)   Una tarde, 22 de septiembre de 1921.

g)   La nueva orientación de la historia, 21 de novie,bre de 1922.

h)   Nuevas orientaciones de la filosofía: el positivismo, el idealismo y nosotros. 17 de enero de 1924.

i)   El relativismo y nosotros, 1924.

j)   La próxima insurrección de la raza germánica,  sin fecha.

k)   El culto de los grandes hombres, sin fecha.

 

 2.            Ediciones de Labor venezolanista

 1937: Labor venezolanista. Tipografía La Nación, Caracas.

1946: Estímulo de la juventud.  Segunda edición de Labor venezolanista. Aumentada con otras producciones y con notas de R.A. Rondón Márquez, Caracas.

1958: Labor venezolanista. Tercera edición. Universidad de Los Andes, Mérida.

1984: Labor venezolanista. Venezuela, las crisis y los cambios. Cuarta edición.

1987: Labor venezolanista.  Venezuela, las crisis y los cambios. Quinta edición. Fondo de Inversiones de Venezuela. Caracas.

1989: Labor venezolanista.  Venezuela, las crisis y los cambios. Sexta edición. Academia Nacional de Ciencias Económicas. Caracas.

 3.      Textos publicados en vida de Adriani, escritos en Europa y en Washington

 Textos escritos en Ginebra

 1922: La nueva Alemania y Walter Rathenau.

1924: Liga de naciones y fascismo. El Impulso de Zea, febrero.

1924: Aniversarios. El Impulso de Zea, octubre.

1925: Población y saneamiento. El Impulso de Zea, febrero.

1925: Hinderburg y el resurgimiento de Alemania. El Impulso de Zea, abril.

1925: Mussolini y la nueva Italia. El Impulso de Zea, mayo.

 

Textos escritos en Londres

1925: La crisis política actual y el Estado orgánico. Revista Atenea. Año II. N° 9. Universidad de Concepción, Chile, agosto.

1925: Los Estados Unidos de Europa, diciembre.

1926: El próximo centenario bolivariano, julio.

Textos escritos en Washington

1926: Capital estadounidense en América Latina (fechado en octubre y publicado en el Boletín de la Cámara de Comercio de Caracas (BCCC), en febrero de 1927).

  

Referencias Bibliográficas

Adriani M., Alberto (1984); Labor Venezolanista. Venezuela, las crisis y los cambios. Cuarta edición. Academia Nacional de Ciencias Económicas. Consejo de Profesores Universitarios Jubilados. Caracas.

Suárez Figueroa, Naudy (1977) Programas políticos venezolanos de la primera mitad del siglo XX. Colegio Universitario Francisco de Miranda, Tomos I y II. Caracas.

Szinétar Gabaldón, Miguel, 1992, El debate económico de los años treinta, tipo de cambio, economía venezolana y desarrollo, Universidad de Los Andes, Facultad de Ciencias Económicas y Sociales, Mérida.
Szinétar Gabaldón, Miguel, 1998, El Proyecto de Cambio Social de Alberto Adriani (1914-1936). Editorial Melvin C.A. Serie Edición Publicación, CENDES-UCV. Caracas.

Uslar Pietri, A. (1966), Petróleo de vida o muerte, Editorial Arte, Caracas.

 

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